Redacción Deportes, 11 jul (EFE).- Por 64 años el ecuatoriano Jaime Jarrín dio su voz para narrar los compromisos de los Dodgers de Los Ángeles, una labor que puede estar llegando a su fin con el Juego de Estrellas de las Grandes Ligas 2022 en el que ha sido como su segundo hogar, el Dodgers Stadium. “Este Juego de Estrellas tiene ribetes muy especiales para mí, profesionalmente hablando. El Juego de Estrellas de este año es para mí la culminación de algo muy particular, tomando en cuenta que este va a ser mi sexagésimo cuarto año y mi último como cronista de béisbol”, dijo Jarrin en una entrevista con Efe. Jarrín comenzó su carrera con los Dodgers en 1958 y desde 1980, última ocasión en la que se celebró el partido que reúne a los estelares en los equipos de la Liga Nacional y la Liga Americana, ha esperado ver de nuevo este acontecimiento en Los Ángeles. “Tuvimos que esperar 32 años para repetir una Serie Mundial y ahora, después de una espera de 42 años, se viene el Juego de Estrellas y se viene también el derbi de Cuadrangulares, a este escenario maravilloso, que es el Dodgers Stadium. Muchos años han pasado y eso es muestra de que tenemos mucha paciencia aquí en Los Ángeles”, dijo Jarrín. Para el locutor, este clásico constituye una oportunidad perfecta para sellar su despedida. “¡Qué forma de terminar mi carrera, con un Juego de Estrellas aquí en mi casa, en el Dodgers Stadium, que ha sido mi segundo hogar por más de 60 años, para ser exactos!”, expresó. Garantizó que una vez que concluya sus actividades con los Dodgers, “definitivamente no habrá forma alguna de que vuelta a tomar un micrófono”, como ya avisó a los directivos del equipo angelino. “Les dije, por favor, no me pidan que vuelva a micrófono porque he decidido que cuando haga el último juego, ojalá sea de Serie Mundial este año, ahí habrá terminado mi carrera como cronista”, reiteró. Aunque no estará en cabina, Jarrín continuará laborando con los Dodgers, como embajador de la comunidad latina, labor que desarrollará al lado de figuras legendarias como Vin Scully y Sandy Koufax. El nacido en Quito el 10 de diciembre de 1935 dice ser consciente del valor que tiene en su carrera la comunidad latina. “Mi gratitud para con todo el público hispano, público latinoamericano que ha sabido respaldarme, sin ellos mi longevidad no fuera tan grande, 64 años, de corazón muchísimas gracias”, puntualizó Jarrín.