Washington, 24 ene (EFE).- El expresidente colombiano Juan Manuel Santos lleva un tiempo tratando de convencer al mundo de que dialogue más. “La falta de moderación la estamos viendo en toda América Latina, desde Argentina hasta México”, lamentó este martes el exmandatario en una entrevista con EFE.
Como miembro de The Elders, la ONG fundada por Nelson Mandela para promocionar la paz, el impulsor de los acuerdos con las FARC se encuentra en Washington para participar en el cambio de hora del Reloj del Juicio Final, una herramienta simbólica que mide lo cerca que la humanidad se encuentra de la extinción.
El movimiento de las manecillas, que por primera vez en la historia marcaron hoy 90 segundos para la medianoche -lo más cerca que ha estado de su hora final-, no cogió por sorpresa a Santos, para quien la guerra en Ucrania y los frecuentes desastres naturales “hacen lógico” el cambio.
Pero el problema de fondo, la polarización, “ha debilitado las democracias”, algo a lo que no es inmune Latinoamérica.
RECUPERAR LA MODERACIÓN
Santos puso como ejemplo el reciente ataque a las sedes de los tres poderes en Brasil por parte de radicales partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, y aseguró que le gustaría ver a los bolsonaristas “sentarse a dialogar con los partidarios de Lula” para alcanzar acuerdos básicos y fortalecer la democracia.
En Chile, por otro lado, Santos consideró que el presidente, Gabriel Boric, se encuentra ante una magnífica oportunidad, con el proyecto de nueva constitución, para crear un espacio “donde todos los chilenos se puedan poner de acuerdo”.
“Eso sería un ejemplo para el resto de América Latina y además un paso importantísimo para fortalecer la democracia chilena”, explicó.
Recuperar la moderación en Latinoamérica requerirá, por tanto, de diálogo. En este sentido, Santos se muestra optimista.
El exmandatario recordó así el gesto que tuvo el presidente de Colombia, Gustavo Petro, al reunirse con el conservador Álvaro Uribe en junio pasado, y lo alabó por ese esfuerzo “que es un paso importante en esa dirección”.
HACIA UNA PAZ EN UCRANIA
El optimismo de Santos para Latinoamérica, sin embargo, no se aplica al conflicto que ha motivado el cambio de hora del Reloj del Juicio Final: la guerra en Ucrania.
En agosto, el colombiano viajó al país europeo junto al ex secretario general de la ONU Ban Ki-moon y visitó Bucha, una localidad ucraniana donde el ejército ruso masacró a la población civil.
Tras su viaje, Santos se mostró escéptico sobre la posibilidad de alcanzar pronto la paz, ya que ambos bandos se consideran con opciones de ganar.
El expresidente repitió su valoración este martes, asegurando que “ambos no aceptan que las contrapartes tengan algún tipo de razón”, lo que ha dificultado establecer siquiera canales de comunicación entre los dos países.
“Nosotros lo que queremos no es ganar guerras, es acabar con ellas”, explicó, refiriéndose al grupo de The Elders, al que representó junto a Ban en su visita a Ucrania.
MOMENTO DE SACUDIR A SUS LÍDERES
Esta tarde, Santos hablará con estudiantes en la Universidad de Georgetown como parte del evento que el Boletín de los Científicos Atómicos -una organización fundada en 1945 por Albert Einstein y otros científicos para alertar sobre los peligros de las armas nucleares- ha organizado para revelar el cambio de hora del Reloj del Juicio Final.
En su charla, Santos tratará de transmitirle a los jóvenes que este es el momento de “sacudir a sus líderes” para que tomen las decisiones adecuadas en ámbitos como la desnuclearización, la lucha contra el cambio climático o la preparación ante futuras pandemias.
“En 77 años nunca habíamos estado tan cerca de un problema realmente existencial para el planeta”, explicó, en referencia al anuncio del Reloj, que fue colocado este año a 90 segundos de la medianoche, lo más cerca que ha estado nunca de su hora final desde su creación en 1947.
La herramienta, simbólica, la gestionan científicos, entre ellos once premios Nobel, que calculan lo cerca que la humanidad se encuentra de la extinción.
La decisión de este martes, impulsada principalmente por la guerra en Ucrania, también se ha visto afectada por la mayor frecuencia de desastres naturales agravada por el cambio climático.
“El liderazgo a nivel mundial tiene que despertarse, tiene que sacudirse, para actuar de una forma mucho más efectiva”, concluyó.