Ciudad de México, 6 mar (EFE).- El abogado de las familias de los 43 jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa, Vidulfo Rosales, avisó este miércoles al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que intensificarán sus protestas tras haber derribado una puerta del Palacio Nacional mientras el mandatario estaba adentro.
El representante de los padres de los estudiantes desaparecidos en 2014 advirtió de que “si la postura” de López Obrador “sigue así”, van “a continuar con la protesta y va a haber un escalamiento” durante los próximos meses, mientras transcurren las campañas de las elecciones presidenciales del 2 de junio.
“Nosotros estamos trabajando para hacer más extensiva y más masiva la protesta si en los próximos meses no hay un diálogo”, declaró Rosales a los medios en el Zócalo de Ciudad de México tras el incidente.
Momentos antes, los manifestantes, quienes acusan a López Obrador de no resolver el caso para proteger a militares involucrados, tomaron una camioneta que pertenece a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para tumbar una de las puertas principales del Palacio Nacional.
Mientras realizaba su conferencia diaria dentro del recinto, el presidente se enteró del hecho, al que llamó una “provocación” de un movimiento que ahora está “en contra” de su Gobierno, aunque descartó represalias.
Los estudiantes de Ayotzinapa protestan porque López Obrador no ha cumplido su promesa de resolver la desaparición de sus 43 compañeros en septiembre de 2014 en el sureño estado de Guerrero, aunque la Comisión de la Verdad creada por él concluyó en 2022 que fue un “crimen de Estado” en el que también participó el Ejército.
En las últimas semanas en Ciudad de México han secuestrado camiones, han vandalizado instalaciones del Gobierno, como la Secretaría de Gobernación y la Lotería Nacional, y han realizado un plantón en el Zócalo para exigir una audiencia con López Obrador.
Pese a las manifestaciones, el gobernante mexicano indicó que no los recibiría, al argumentar que dentro de “unos 15 o 20 días más” se reunirá con las familias de los 43 estudiantes para “hablar con ellos y mostrar pruebas de cómo se manipuló la investigación”.
“Si eso es así, creo que es positivo, si eso es así, abre una posibilidad de distender las cosas y retomar el diálogo y avanzar, que es lo que quisiéramos nosotros, no queremos estar confrontándonos”, comentó al respecto Rosales.