Denver (EE.UU.), 12 jun (EFE).- El serbio Nikola Jokic se proclamó este lunes campeón de la NBA con los Denver Nuggets y lo hizo como MVP de las Finales contra los Miami Heat. El doble MVP de la temporada regular alcanzó el Olimpo del baloncesto dominando y rozando un triple doble de media en ‘playoffs’. Su rendimiento en la pista es único así como su forma de vivir el éxito. La antiestrella ya se sienta a la mesa de las leyendas de este deporte.
El deporte serbio vive días de ensueño. Poco más de 24 horas después de que Novak Djokovic conquistara en Roland Garros el ‘Grande’ número 23 de su carrera, Jokic alcanzó el techo del mundo en la NBA y dio a los Nuggets su primer anillo en 47 años de historia.
Nacido en 1995 en Sombor, una ciudad de 50.000 habitantes ubicada a unos 200 kilómetros al noroeste de Belgrado, el pívot serbio, alto 211 centímetros, es el prototipo del jugador completo.
Sin ser espectacular ni explosivo, tiene una capacidad única de leer el juego, entender los momentos, un poderío físico casi imposible de contener y una excelente habilidad técnica muy poco habitual en un pívot.
El serbio lideró los ‘playoffs’ de la NBA por puntos anotados (600), rebotes (269) y asistencias (190) y es MVP de las Finales tras ser elegido dos veces consecutivas MVP de la temporada regular, en 2021 y 2022. Es el primer pívot en ganar el premio al MVP de las Finales desde que lo hiciera Shaquille O’Neal en 2002.
En esta postemporada, Jokic promedió 30 puntos, 13.5 rebotes y 9.5 asistencias, después de firmar 29 triples dobles en la temporada regular. En los ‘playoffs’ aportó otros diez triples dobles.
Su entrenador, Michael Malone, celebró al pívot y consideró que “demostró una vez más que es el mejor jugador de la NBA”.
El nativo de Sombor fue elegido en MVP dos veces consecutivas en 2021 y 2022, antes de que este año se llevara este premio Joel Embiid, de los Philadelphia 76ers.
Si se considera el nivel de sus actuaciones en los últimos años, en los que se ha asentado como uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA, es sorprendente pensar que fue elegido en 2014 en la segunda ronda del draft, con el número 41.
Apenas tenía 19 años y llegaba a la NBA tras formarse en el Mega Belgrado, donde se quedó un año más antes de arrancar su etapa en la NBA y donde fue MVP de la liga serbia.
Firmó un contrato de 272 millones de dólares en cuatro años, hasta 2027, y fue protagonista de una temporada asombrosa, en la que firmó 29 triples dobles en la temporada regular.
El serbio se convirtió en el primer jugador capaz de aportar un triple doble de al menos treinta puntos, veinte rebotes y diez asistencias en la historia de las Finales NBA.
Lo hizo en el tercer partido de la serie, en Miami, cuando los Nuggets dieron un golpe en la mesa al aplastar a los Heat y al bajar su entusiasmo después de su victoria en la Ball Arena del anterior choque.
Tras ocho años en la NBA, Jokic guió a los Nuggets, junto al técnico Malone y a Jamal Murray, hacia un histórico título.
“Ya lo hemos conseguido, ahora podemos irnos a casa”, aseguró Jokic nada más acabar el partido de este lunes y certificar el anillo. Lo hizo a su manera, como una antiestrella, que ya es una parte inolvidable de la historia de Denver y de la NBA.