Quebec (Canadá), 28 jul (EFE).- La protesta de hoy de un grupo de indígenas que desplegaron una pancarta durante la misa del papa Francisco en la Iglesia de Santa Ana de Beaupré en Quebec, para pedir que tomase las distancias de la llamada “Doctrina del descubrimiento”, escenificó la opinión de algunos de los representantes de los pueblos originarios que querían algo más respecto a las disculpas del pontífice.
Los representantes de los pueblos originarios – Primeras Naciones, Metís e Inuit – expresaron su satisfacción y su emoción cuando el papa les pidió en Maskwacis, en Edmonton, “humildemente” perdón por las responsabilidades de la Iglesia en aquellos internados creados para los “procesos de asimilación” y en los que sufrieron todo tipo de abusos cerca de 150.000 niños indígenas, miles de ellos murieron por los maltratos y enfermedades.
Pero muchos de ellos coincidieron en que la petición de perdón era un punto de inicio y no de llegada en el proceso de reconciliación con la Iglesia y que quedaba mucho por hacer respecto a las peticiones de los pueblos originarios.
Sin embargo, algunos grupos de estos pueblos originarios, repartidos por el vasto territorio canadiense que no visitará el papa, no han quedado satisfechos por sus disculpas del papa y esperaban algo más.
Antes de la misa, un grupo de indígenas desplegaron una pancarta en la que pedían al papa en francés “que rescindiera la Doctrina”, en referencia a la llamada “Doctrina del Descubrimiento”, plasmada en el derecho positivo en el siglo XIX pero fundamentada en una serie de bulas papales del siglo XV por las que se bendecía la colonización y la apropiación de las tierras.
La seguridad en el interior del templo retiró sin problemas la pancarta, pero el pequeño grupo de indígenas la colgó en el exterior ante los miles de fieles que se congregaron para seguir la misa de Francisco.
Antes de su llegada a Canadá, los miembros de la Asamblea de las Primeras Naciones de Canadá, (AFN por su siglas en inglés) habían pedido al papa que revocase las llamadas bulas papales que usaron los colonos en América y África para “en nombre de Dios” justificar la confiscación de tierras de los pueblos nativos.
Fueron en particular dos bulas papales emitidas en 1455 y 1493 por los papas Nicolás V (“Romanus Pontifex”) y Alejandro VI (“Inter Caetera”), que daban la bendición a apropiación de tierras que declaraban “terra nullius” (tierra de nadie) y que, según el Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones indígenas, “siguen vigentes”.
Pero las peticiones de los pueblos originarios van más allá.
El gran jefe Garrison Settee, de los Manitoba Keewatinowi Okimakanak, en un comunicado tras la disculpa del papa aseguró que “fue impresionante escuchar esas palabras para toda la gente que necesitaba oírlas” y cree “que fue una disculpa sincera”.
Pero agregó que La Comisión de la Verdad y la Reconciliación había pedido al papa que emitiera una disculpa a las víctimas de los internados, a sus familias y comunidades por el papel de la Iglesia católica por el “abuso espiritual, cultural, emocional, físico y sexual de los niños de las Primeras Naciones en los internados católicos”,
“No oímos mencionar los abusos sexuales en la disculpa. Fue un poco sorprendente que tampoco se oyó nada del la Doctrina del Descubrimiento”, afirmó.
“Pedir perdón y reconocer los daños causados es sólo un paso de los muchos que hay que dar. Hay mucho más trabajo por hacer”, señaló.
Como muchos otros pueblos indígenas ahora esperan que la Iglesia “devuelva todos los objetos y documentos a los primeros pueblos (algunos en los Museos Vaticanos) y se abran los archivos , ya que contienen respuestas que revelarán más verdades”.
Por otra parte, el ministro de Relaciones Indígenas de la Corona, Mark Miller, aseguró en una entrevista para “The Canadian Press” que no se pueden ignorar las “brechas” en la disculpa del papa.
Aunque aseguró que “fue un momento emotivo” y “que los indígenas decidirán por sí mismos lo que piensan”, expresó su preocupación porque Francisco “no mencionó el abuso sexual en sus comentarios” y sólo mencionó el “mal cometido por los cristianos, pero no por la Iglesia Católica como institución”.
En una entrevista para el canal CBC de Canadá, Evelyn Korkmaz, una sobreviviente de las primeras naciones de la escuela residencial de Fort Albany y miembro fundador de la asociación Abogados para víctimas de la Iglesia en Canadá, dijo que las palabras del papa le provocaron “emociones encontradas”·
“No se mencionó en su disculpa la publicación de los documentos que necesitamos desesperadamente en todo Canadá. Estos documentos contienen nuestra historia… pertenecen a Canadá, nos pertenecen”, dijo.
Y añadió: “Me alegro de haber vivido lo suficiente para haber sido testigo de su disculpa, pero quiero más porque 50 años es demasiado tiempo para esperar una disculpa”.