Nueva York, 1 feb (EFE).- El asesinato no resuelto de un joven universitario negro el pasado octubre en la Universidad de Buffalo (norte de Nueva York) ha indignado a su familia, que se queja de la lentitud de las investigaciones hasta el punto en que la Fiscalía ha sacado hoy un comunicado para asegurar que consideran el caso “una prioridad absoluta”.
El joven Tyler X. Lewis fue encontrado muerto a puñaladas en la residencia Ellicott de la Universidad de Buffalo, aparentemente tras una disputa con otros estudiantes, pero tres meses después la familia de Lewis -que ha ofrecido una recompensa de 4.000 dólares a quien les dé alguna pista- siguen esperando respuestas.
Aunque el caso no está relacionado con la brutalidad policial, como la última muerte conocida en Memphis -la de Tyre Nichols, tras ser golpeado por un grupo de agentes del orden-, el asesinato puede encender de nuevo la mecha del odio racial en el país.
La familia de Lewis se presentó el pasado lunes en la misma universidad donde él fue asesinado y su madre dijo entonces que le parecía inquietante la cantidad de estudiantes e incluso padres que sabían algo del asesinato y no habían dicho nada; un activista local que les acompañó se preguntó si las investigaciones irían tan lentas en caso de ser un joven blanco el asesinado.
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En un intento de calmar los ánimos, la policía privada del campus publicó un comunicado asegurando que comprendían a la familia y que no querían “sino proveer a la familia con respuestas que les ayuden a entender la trágica muerte de Lewis”.
De nuevo hoy la Fiscalía del condado de Erie, encargada del caso, ha emitido otro comunicado en el que recuerda que ha estado en contacto permanente con la familia “para proporcionar los últimos datos sin comprometer la investigación”, que por otra parte “está casi terminada”.
