Nueva York, 21 feb (EFE).- El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández (JOH) se sirvió de la Policía, el Ejército y la Justicia hondureños “para proteger a los narcotraficantes” y para “amasar mucho dinero”, aseguró hoy la Fiscalía en el juicio contra el expresidente en Nueva York por delitos de narcotráfico.
Esta fue la línea principal que expuso David Robles, el representante de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, en la presentación de argumentos orales hoy ante el juez Kevin Castel, mientras JOH (presidente de su país entre 2010 y 2014) escuchaba pacientemente.
“Ese hombre -dijo Robles señalando a JOH, quien estaba flanqueado por sus abogados- envió toneladas y toneladas de cocaína a Estados Unidos (…). Usó el poder de su país, a los militares y al sistema de Justicia para proteger a los narcotraficantes, y obtuvo a cambio mucho dinero”, enfatizó.
Detalló que JOH se asoció “con organizaciones poderosas como el cártel de Sinaloa” (fundado por el célebre Joaquín “El Chapo” Guzmán), y con su ayuda “se convirtió en un hombre poderoso que abusó de ese poder para enviar droga a EE.UU. sin miedo ni consecuencias”.
Según el fiscal, la droga era adquirida en Colombia, transitaba por Honduras y México y terminaba en EE.UU., donde en alguna ocasión el entonces presidente llegó a decir que iban “a meter la droga por las narices de los gringos”.
Y prometió que presentaría numerosas pruebas que demostrarían todas esas afirmaciones, incluidas fotografías con notorios narcotraficantes hondureños.
Por parte de la defensa, intervino el abogado Renato Stabile, quien insistió en que la Fiscalía no dispone “ni de vídeos, ni de grabaciones, ni de correos o mensajes de texto” que prueben sus afirmaciones, y descalificó el valor de las fotografías de JOH con narcotraficantes con el argumento de que era un presidente muy popular y todo el mundo se fotografiaba con él allá donde iba.
Stabile dijo que, contra lo que sostiene la Fiscalía, su cliente hizo que el narcotráfico se redujera en un 18 % en el país, y que colaboró con numerosos departamentos del Gobierno de EE.UU. -la agencia antidrogas DEA, el Fepartamento de Justicia, las autoridades de Interior- en su labor antidrogas.
Fruto de esa cooperación, Stabile dijo que debían considerarse los casos de los 21 narcotraficantes capturados y extraditados a EE.UU. durante su gobierno, que se han traducido en sendas cadenas perpetuas.