Washington, 9 feb (EFE).- La Casa Blanca expresó este viernes una férrea defensa al presidente, Joe Biden, un día después de que el informe de un fiscal especial pusiera en cuestión su memoria pero decidiera no imputarlo por la retención de materiales clasificados de su etapa de vicepresidente.
“El informe expone un ejemplo tras otro de cómo no tomó intencionalmente documentos clasificados, de cómo no compartió documentos clasificados con nadie y de cómo tampoco compartió información clasificada”, apuntó en una conferencia de prensa uno de los portavoces presidenciales, Ian Sams.
El Departamento de Justicia ha estado investigando a Biden desde que a finales de 2022 fueron hallados en su domicilio de Delaware y en una oficina privada una veintena de documentos clasificados de la época en la que fue vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).
Robert Hur, el fiscal especial encargado del caso, descartó este jueves recomendar cargos contra el mandatario, pero también apuntó que demostró “una memoria significativamente limitada” en los interrogatorios y que su estado en 2023 había empeorado en comparación con grabaciones que se tenían de 2017.
“Esos comentarios están mal y son imprecisos. (…) Cuando eres el primer fiscal especial de la historia que no acusa a nadie, hay presión para criticar y hacer declaraciones que tal vez de otro modo no harías”, subrayó Sams.
La investigación, según añadió, “exploró todas las teorías, pero los hechos y las pruebas las contradicen. La decisión es que no hay caso”.
El propio Biden respondió este jueves a la publicación del informe con una intervención ante la prensa que se añadió a última hora a su agenda y en la que, en un tono visiblemente molesto, alegó que su memoria está bien y que, aunque es “un hombre mayor”, sabe lo que hace.
Esa declaración se volvió en su contra al confundir en la misma al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con el de Egipto, Abdelfatah al Sisi.
A las críticas republicanas por considerar que la Justicia estadounidense utiliza una doble vara de medir para Biden y el expresidente Donald Trump (2017-2021), que sí ha sido imputado por la retención de documentos clasificados, se ha sumado una petición para que Biden sea inhabilitado.
Un grupo de legisladores conservadores invoca para ello la enmienda 25 de la Constitución de Estados Unidos, que contempla que miembros del gabinete puedan apartar al presidente de sus funciones en caso de que le consideren incapaz de desempeñar los poderes y deberes del cargo.
“El presidente habló muy claramente sobre cómo está”, subrayó este viernes Sams, destacando que los interrogatorios que se le hicieron tuvieron lugar en octubre poco después del ataque de Hamás contra Israel y Biden “estaba lidiando con una enorme crisis internacional” y aún así “hizo todo lo posible para responder porque quería cooperar plenamente”.
La vicepresidenta, Kamala Harris, ha mostrado también su apoyo a Biden al criticar que los comentarios del fiscal especial fueron “gratuitos, imprecisos e inapropiados”, y al considerar que el informe tenía “motivaciones políticas”.