Miami, 17 dic (EFE).- La familia del activista ambiental Manuel Esteban Paez Terán, que murió a manos de la policía de Atlanta, capital de Georgia, cuando protestaba por la construcción de un centro de entrenamiento policial en 2023, presentó este martes una demanda contra los oficiales que ordenaron el operativo.
Paez Terán, conocido con el nombre de Tortuguita, murió la mañana del 18 de enero de 2023 cuando autoridades realizaron un operativo para despejar un campamento de activistas que se oponen a la construcción de un campo de entrenamiento de la policía a las afueras de Atlanta y que ha sido llamado por los críticos “Cop City”.
Seis balas de los policías alcanzaron a Páez Terán, nacido en Venezuela, de acuerdo con la autopsia oficial.
Los abogados de la familia dijeron que están demandando a un oficial que planeó la operación, al oficial que disparó las bolas de pimienta a la tienda de campaña del joven venezolano y al oficial que dio la orden de disparar las bolas de pimienta, según información citada por la televisora Fox 5.
Los otros oficiales relacionados con el tiroteo no son parte de la demanda.
Los abogados argumentan que la parte del parque en la que el ambientalista estaba acampando no estaba cerrada al público en el momento del tiroteo y que no estaba invadiendo la propiedad privada.
El padre de Terán, Joel Páez, dijo a la televisora que presentaron la demanda para “asegurarse de que las autoridades rindan cuentas por este horrible abuso de poder” y aprender “qué sucedió realmente”.
Después de meses de investigación, la oficina del Fiscal de Distrito del Circuito de Stone Mountain dijo que los seis agentes de la Patrulla Estatal de Georgia involucrados en el tiroteo no enfrentarán cargos, argumentando que el uso de fuerza letal por parte de los agentes fue “objetivamente razonable bajo las circunstancias del caso”.
En un informe de octubre de 2023, los investigadores aseguraron que los agentes “no actuaron con ninguna intención criminal” debido a las circunstancias y dijeron que “no era factible” que los agentes emitieran una advertencia antes de disparar, ya que el sospechoso representaba un peligro.
Las conclusiones del informe contradicen los resultados de una autopsia independiente, realizada a petición de la familia, que reveló que ambas manos del joven tenían “heridas de salida de bala en las palmas” y que “lo más probable es que Manuel estuviera sentado, con las piernas cruzadas cuando lo mataron”.
La familia ha pedido una investigación independiente.