Denver (CO), 16 ago (EFE).- La falta de entrenamiento adecuado para responder a emergencias de los guardias en un centro de detención de indocumentados al este de Denver, Colorado, pudo contribuir a la muerte de un migrante nicaragüense en 2022, revela una llamada telefónica al número de emergencias 911 difundido por la Radio Pública Nacional (NPR) de Estados Unidos.
La llamada, de siete minutos y dada a conocer este miércoles, fue hecha el 13 de octubre de 2022 por un “oficial de detención” del centro del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en la localidad de Aurora, operado por la empresa privada GEO Group. El oficial pidió asistencia para Melvin Ariel Calero Mendoza, de 39 años, quien sufría una “emergencia médica”.
Calero falleció ese mismo día en un hospital del área a causa de una embolia pulmonar provocada por coágulos sanguíneos en sus piernas y pulmones acumulados durante más de un mes, según la autopsia publicada en febrero.
Durante la conversación telefónica con el despachador del servicio de emergencias se registran varias pausas largas durante las cuales el oficial debe verificar con otras personas cierta información básica, como la dirección del centro de detención y el proceso de acceso para los paramédicos.
De hecho, según se escucha, el empleado del GEO provee distintas direcciones, con números y calles diferentes, recibiendo una y otra vez la respuesta del despachador indicando que esas direcciones no figuran en el sistema.
Por ejemplo, el guardia pidió una ambulancia para “la 30”, sin indicar si se trataba de la calle 30 o la avenida 30, ya que ambas existen en Aurora. Y cuando se le preguntó de qué tipo de emergencia médica se trataba, la respuesta fue “No sé”.
Por tratarse de un centro de detención, el despachador solicitó detalles sobre el procedimiento de ingreso al establecimiento, a lo que el oficial respondió “Venga por la puerta trasera”, sin dar datos específicos.
Además, se indicó una edad equivocada de Calero (el oficial dijo “finales de los 40”) y nunca se describieron los detalles de la situación del nicaragüense, pese a que entre abril y septiembre de 2022 se le habían realizado siete exámenes médicos en el centro de detención.
Aparentemente por la confusión en la información, los paramédicos tardaron 21 minutos en llegar al establecimiento del ICE, cuando el tiempo promedio de respuesta es de menos de cinco minutos. Una vez en el lugar llevó solo dos minutos trasladar a Calero a un hospital local, donde falleció una hora después.
“No se requiere un gran salto lógico para inferir que esta empresa, GEO Group, no ha capacitado adecuadamente a su personal sobre cómo manejar una emergencia médica”, indicó Elizabeth Jordan, abogada de la familia de Calero y profesora en la Facultad de Leyes de la Universidad de Denver.
Según Jordan, los problemas en la llamada al 911 son deficiencias que indican que el centro de detención es “un ambiente inseguro”.
“Si no se da la dirección correcta o instrucciones claras sobre qué hacer al llegar a esa dirección, el personal de emergencia correrá de un lado a otro sin saber qué hacer”, sostuvo Jordan en un comunicado.
La muerte de Calero es tema de varias demandas judiciales y está siendo revisada por la Oficina de Derechos y Libertades Civiles del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.