Washington, 24 ene (EFE).- Mike Pompeo, quien fuera titular de Exteriores durante parte del Gobierno de Donald Trump (2017-2021), criticó este martes al periodista Jamal Khashoggi, asesinado en 2018, y cuestionó sus credenciales como periodista al calificarle de “activista”.
Pompeo, que suena como posible aspirante a la nominación presidencial republicana, hizo esas declaraciones en una autobiografía que publicó este martes titulada “Never Give An Inch” (Nunca cedas ni una pulgada) y a la que accedieron por adelantado medios estadounidenses.
Pompeo era el secretario de Estado de EE.UU. cuando Khashoggi fue asesinado en octubre de 2018 en el consulado saudí en Estambul y fue uno de los arquitectos de la respuesta del Gobierno de Trump al suceso, que provocó una de las peores crisis en décadas en la relación entre Washington y Riad.
“No merecía morir, pero necesitamos dejar claro quién era”, escribe en su libro, en el que critica la cobertura que los medios estadounidenses hicieron del asesinato.
Al respecto, consideró que la prensa estadounidense retrató a Khashoggi como un “Bob Woodward saudí”, en referencia a uno de los periodistas de The Washington Post que destapó el escándalo del Watergate.
Pompeo, sin embargo, calificó a Khashoggi de “activista” y cuestionó sus credenciales como periodista.
The Washington Post, el diario con el que colaboraba Khashoggi, rechazó enseguida sus declaraciones.
En un comunicado, el director ejecutivo del diario, Fred Ryan, consideró “sorprendente” y “decepcionante” la forma en la que el libro “tergiversa tan escandalosamente” la vida y obra del reportero.
Khashoggi escribía columnas para The Washington Post y otros medios que criticaban al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán.
Khashoggi entró en el consulado saudí en Estambul el 2 de octubre de 2018 para obtener unos documentos, pero nunca volvió a salir del edificio y tampoco se encontraron restos de su cuerpo.
El 31 de octubre de 2018, el fiscal jefe de Estambul, Irfan Fidan, concluyó que muy poco después de entrar en el consulado fue asesinado por asfixia y su cuerpo desmembrado.
Riad ha admitido que agentes del Gobierno saudí mataron a Khashoggi en el consulado y ha condenado a cinco personas involucradas, sin ofrecer detalles del juicio.
La inteligencia de EE.UU. concluyó que Bin Salmán ordenó el asesinato, pero el príncipe ha negado siempre su implicación.