Washington, 18 abr (EFE).- Expertos legales pidieron este martes al Tribunal Supremo de Estados Unidos que garantice el acceso a la píldora abortiva mifepristona, un día antes de que se levante el bloqueo que uno de sus jueces impuso a la decisión de una corte en menor instancia que falló a favor de restringir el fármaco.
El miércoles a medianoche expira una decisión temporal del Supremo que congeló temporalmente el fallo de un juez en Texas que revocaba la autorización sanitaria que la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) dio hace 23 años a la mifepristona, un medicamento usado en la mayoría de abortos medicados en el país.
“La Corte Suprema necesita dar un paso adelante y debe bloquear la decisión del tribunal en menor instancia para evitar desestabilizar el establecido proceso de aprobación de drogas”, dijo Eva Temkin, exabogada de la FDA, en una llamada con periodistas.
En el centro de la cuestión legal que deben considerar los jueces del Supremo, de mayoría conservadora, está la autorización sanitaria que la FDA dio a la mifepristona en el año 2000.
Una decisión en contra del acceso al fármaco podría “desbaratar el proceso de autorización de la FDA y desalentar a las compañías farmacéuticas de invertir en tratamientos esenciales”, subrayó Temkin.
Entre las decisiones que podría tomar el Supremo está expandir el bloqueo al fallo de Texas, retirarlo o enviar el caso de vuelta a una corte de apelaciones en Luisiana, explicó Carrie Flaxman, abogada de la organización Planned Parenthood.
“Para los pacientes y los proveedores, sin embargo, hay solo dos opciones frente a ellos: que la Corte Suprema intervenga y bloquee la decisión del juez (…) o que rechace continuar el bloqueo y permita devastadoras consecuencias para el acceso a la salud”, subrayó la experta.
La decisión de un juez en Texas de retirar la autorización sanitaria de la FDA a la píldora fue sostenida en parte por un tribunal de apelaciones de Luisiana el pasado miércoles.
El caso llegó a la Corte Suprema a petición del Departamento de Justicia, que pidió al tribunal intervenir y alegó que de entrar en vigor, la restricción a la mifepristona tendría graves consecuencias tanto para quienes quieren abortar como para la industria farmacéutica y la FDA.
Según el Instituto Guttmacher, una organización sin ánimo de lucro que apoya el derecho al aborto, el 54 % de las interrupciones de embarazos en Estados Unidos en 2022 fueron con píldoras abortivas como la mifepristona o el misoprostol.
La batalla política y judicial en torno al aborto se reavivó en Estados Unidos en junio del año pasado, cuando el Tribunal Supremo tumbó el derecho constitucional al mismo a nivel federal, dejando en manos de cada estado la decisión.
Tras ello decenas de estados gobernados por republicanos han restringido esta práctica.
Planned Parenthood, que defiende una atención médica y reproductiva asequible de alta calidad en el país, calcula que desde entonces 18 de los 50 estados han prohibido el aborto o lo han restringido severamente, y que en 13 el acceso a ese servicio es en la práctica imposible aunque haya excepciones.