Nueva York, 13 jun (EFE).- El exagente de policía de Nueva York Justin Volpe, condenado en 1999 a treinta años de prisión y cinco de libertad vigilada por torturar y abusar sexualmente del migrante haitiano Abner Louima en agosto de 1997, ha sido excarcelado, informan medio locales.
Volpe, que ahora tiene 51 años, ha sido trasladado desde la prisión de Sandstone, en Minnesota, donde cumplía condena, a un centro de detención comunitaria en Nueva York, como paso previo a su excarcelación, según el diario New York Post.
El expolicía, que ha pasado 24 años en prisión, admitió entonces su crimen, que desató fuertes críticas contra el racismo en el cuerpo de policía y que acabaría forzando en el años 2000 la renuncia del entonces jefe de policía de la Gran Manzana Howard Safir.
“Traicioné los derechos de Abner Louima y me traicioné a mi mismo. Estaba arrepentido y sigo estando arrepentido”, aseguró Volpe el día que un juez federal leyó su condena.
Este caso desató la indignación de las minorías y especialmente de la comunidad afroamericana y se registraron numerosas protestas por considerarlo un ejemplo más de la brutalidad con que la policía de Nueva York trata a miembros de sectores de la población más desfavorecidos.
Otros tres agentes fueron condenados por encubrimiento en el mismo caso.
Louima fue detenido en la madrugada de 9 de agosto de 1997, cuando agentes de policía acudieron a una llamada de emergencia por un altercado en el club “Rendezvous” en el barrio de Brooklyn.
Durante la intervención policial, un primo de Louima atacó a Volpe y le golpeó en la cara, pero el agente confundió al agresor y detuvo al haitiano, que fue trasladado a comisaria.
Durante el proceso, la víctima explicó que los agentes le habían golpeado reiteradamente en el coche-patrulla con sus transmisores de radio durante el trayecto.
Una vez en comisaria, el agente Charles Schwartz arrastró al detenido hasta un retrete, donde Volpe le introdujo por el recto el palo de un desatascador de inodoro, causándole graves heridas internas.
Algunos policías del mismo cuartel explicaron durante el proceso cómo Volpe exhibió el palo, momentos después del ataque y en presencia de algunos compañeros y mencionaron que incluso alardeó de cómo “debía doblegarse” a un detenido.