Ciudad de México, 18 oct (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos tiene un caso sólido en contra de las políticas energéticas de México y ganaría un panel, de trascender las actuales consultas bajo el Tratado México, EE.UU. y Canadá (T-MEC), afirmó este miércoles Vanessa Sciarra, vicepresidenta de Comercio y Competencia Internacional de la Asociación Americana de Energía Limpia (ACP, en inglés).
“La evidencia es la cantidad de declaraciones hechas por miembros del Gobierno (mexicano) actual, que básicamente dicen descaradamente: ‘discriminamos y estamos contentos con eso’ y hay evidencia documentada públicamente”, dijo Sciarra durante el decimotercer Congreso Conjunto de Asociaciones de Energía que se desarrolla en esta capital.
Señaló que a los abogados de la Oficina de la Representación Comercial en EE.UU (USTR, en inglés) no les gusta perder casos, por lo que aseguró que solo escalarán las diferencias a un panel si se sienten seguros de que tiene un caso muy sólido.
Sin embargo, admitió que, de presentarse este caso, “los mexicanos lo van a pasar mal”, pues confirmó “he visto los datos y no es bueno”.
Las declaraciones de Sciarra ocurren luego de que se ha acusado por sus contrapartes en el T-MEC, sobre lineamientos para beneficiar a sus empresas estatales en el sector energía: Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Sciarra detalló que las evidencias recabadas a través de las distintas sesiones del panel por energía se pueden presentar como la amenaza más grande para el Gobierno de México, pues sus propios funcionarios han admitido que violan los preceptos de competitividad inscritos en el T-MEC.
“Es como si esta fuera la amenaza más grande que se pudiera presentar en un tribunal, (es decir) mi oponente acaba de admitir que está haciendo trampa y mintiendo, aquí está la evidencia’. A los abogados les encanta eso y tenemos una lista completa de esas cosas que hemos reunido”, expresó.
Además, descartó que una posible solución se alcance antes de la transición en el poder en Estados Unidos y México, ambas para 2024.
También estimó que el Gobierno estadounidense podría replantear su postura con respecto a un posible cambio de perspectiva ante el cambio de poder en México, tras las elecciones presidenciales de junio de 2024.
“Tal vez el Gobierno de Estados Unidos esté esperando a ver si después de celebrarse las elecciones en México hay un cambio de política sistemático. Eso los haría sentir mucho más cómodos”, agregó.
Sciarra también proyectó que, de escalar las controversias por las políticas energéticas de México a un panel, la resolución no tardaría menos de un año, siendo la peor parte el establecimiento de aranceles a mercancías de exportación para alguna de las partes.
Y consideró que las empresas globales seguirán con incertidumbre para invertir en el país de mantenerse las políticas discriminatorias hacia la iniciativa privada en México.