Washington, 5 jul (EFE).- El secretario de Estado para Iberoamérica del Gobierno de España, Juan Fernández Trigo, apostó este martes porque prosiga el diálogo en la Organización de Estados Americanos (OEA) pese a las “fricciones” y “desencuentros” que existen con algunos países. En una entrevista con EFE con motivo del 50 aniversario de la presencia de España como país observador en la OEA, Fernández Trigo también recomendó a los países latinoamericanos que dejen a un lado la preocupación por las “afinidades ideológicas” entre unos y otros para encontrar puntos de encuentro. “Da igual que un gobierno sea progresista o conservador, lo importante es que haya posibilidades de entendimiento” entre ellos, añadió Juan Fernández Trigo, quien también abogó por mantener siempre abierto el diálogo con todos los países incluidos los que “no cumplen con ciertos estándares”. SE NECESITA “MESURA Y EQUILIBRIO” EN ORGANIZACIONES COMO LA OEA El secretario de Estado español no quiso entrar a valorar las críticas que recibe la OEA por parte de varios gobiernos latinoamericanos ni tampoco los desencuentros entre el secretario general de la organización, Luis Almagro, con muchos de los países miembros. Los continuos pronunciamientos políticos de Almagro y sus enfrentamientos con gobiernos como los de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua han llevado a otros países a cuestionar su labor e incluso a pedir su dimisión, como hizo el presidente argentino, Alberto Fernández, en la Cumbre de las Américas celebrada el mes pasado. “El secretario general ha sido elegido, tiene un mandato por delante, no soy quien deba intervenir para censurarlo”, dijo Fernández Trigo, quien no obstante recalcó que “es bueno que en todas las instituciones haya un elemento de mesura y de equilibrio”. Y añadió que “si hay estados que no tienen la misma visión de la realidad” eso “no debe llevar ni a expulsarlos ni a marginarlos, sino al revés”, debe llevar a buscar “un punto de acercamiento”. Tampoco quiso opinar sobre la decisión de Nicaragua de iniciar el proceso para salir de este organismo. “Está en su derecho”, dijo Fernández Trigo, quien en cualquier caso consideró que lo que tienen que hacer los demás países es “trabajar para que reconsidere su posición”. “CIERTA ILUSIÓN” ANTE NUEVOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA Durante la entrevista, Fernández Trigo valoró los nuevos gobiernos de izquierda que se están formando en Latinoamérica y que han generado, dijo, “cierta ilusión”. Se refirió así a las elecciones de Colombia, que le llevan a tener “cierta esperanza” sobre cómo gobernará Gustavo Petro, pero también al reciente cambio en Honduras con Xiomara Castro, que ha llegado con “unos planteamientos distintos, respetuosos” con la democracia, y a la llegada a Chile de una “izquierda democrática” de la mano de Gabriel Boric. Y recalcó que lo importante es que los gobiernos que se conformen salgan siempre de elecciones democráticas y “objetivamente observadas”. En su balance de estos cincuenta años consideró que España ha tenido un papel de “observador activo” que ha aportado mucho y que con un fondo abierto desde 2006 ayuda financieramente en numerosos proyectos: “No podíamos dejar de estar en una de las organizaciones multilaterales importantes para América Latina”. Por otro lado, Fernández Trigo consideró que muchos miembros de la OEA reaccionan negativamente al hecho de que Estados Unidos esté en la institución. Pero subrayó que “no se puede hablar de América Latina sin tener en cuenta Estados Unidos como no se puede hablar de América Latina sin tener en cuenta Europa”. ASPIRAR A UNA INTEGRACIÓN COMO LA EUROPEA Para Juan Fernández Trigo, lo que deben hacer organizaciones como la OEA es ayudar a que Latinoamérica avance hacia una integración como la europea con la UE. Recordó que a Europa le costó mucho llegar donde está, pero apostó por una fórmula, la de potenciar los intereses económicos para acabar creando un mercado único, una “trabazón política que hiciera imposible el conflicto”. “Siempre digo que aunque sea muy aburrido hay que empezar por homologar tornillos, pesos y medidas (…); eso termina creando el mercado interior, una trabazón de intereses que hace imposible el no tener interdependencia política”, dijo. Y añadió que si pudiera dar “algún tipo de consejo” a Latinoamérica sería el de “empezar por temas muy prosaicos y no buscar tantas afinidades ideológicas para llevarse bien con el vecino”. “A veces se echa en falta en América Latina esa idea de que da igual quién esté, al fin y al cabo hay que entenderse, como ocurre en la Unión Europea, donde no estamos tan pendientes de quién gana unas elecciones en el país de al lado porque sabemos que a la larga tenemos que colaborar y tenemos una red de intereses tan intensa que es imposible de romper”, dijo.