Querétaro (México), 9 sep (EFE).- La lingüista y escritora mexicana Yásnaya Aguilar, especialista en el estudio de lenguas indígenas, denunció la falta de estrategias y políticas lingüísticas adecuadas por parte del Gobierno mexicano, en una entrevista concedida a EFE con motivo de su participación en el Hay Festival de Querétaro.
“No hay una estrategia, yo le llamo (a la política lingüista del Gobierno) un proceso confeti: hago aquí un concurso de poesía en náhuatl, aquí publico una novela en zapoteco (…) Pero no hay una estrategia integral”, explica Aguilar, quien se muestra crítica con las políticas de protección de las lenguas indígenas por parte del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
Para la lingüista es significativo que el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas “cuente con tres veces menos presupuesto que lo que contó en 2021 la oficina para promover el béisbol”, lo que en su opinión deja a las claras la falta de voluntad política al respecto.
En el gabinete que ha anunciado la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien asumirá el próximo 1 de octubre, Aguilar sí ve algunos signos más positivos de cara al próximo sexenio.
“Ahora con Claudia hay personas cerca que, creo, podrían influir para hacer una política lingüística necesaria”, afirma la escritora.
La pérdida de lenguas originarias en México
Según explica Aguilar, actualmente en México existen 68 lenguas distintas, que a su vez se subdividen en matices regionales creando hasta 365 sistemas lingüísticos diferentes, lo que muestra la riqueza lingüística del país, que no obstante se ha visto enormemente deteriorada, especialmente tras la independencia mexicana de España en 1821.
“Se calcula que para 1820 aproximadamente entre el 65 % y el 70 % de la población hablaba una lengua indígena y en la actualidad es el 6,1 %”, asegura la escritora.
Aguilar achaca esta enorme reducción a la construcción nacional de México, ya que parte del proceso de creación del Estado-nación es la disolución de las diferencias identitarias, principalmente las lenguas.
“En el caso de México la idea fue imponer la lengua de una minoría criolla que era la que hablaba castellano, como única lengua (…) básicamente para construir la idea de una identidad mestiza era importante que dejaran esas identidades y esas pertenencias a pueblos y naciones que no eran del Estado mexicano”, explica.
La propia Yásnaya, cuyo idioma natal es el mixe (lengua originaria del occidental estado mexicano de Oaxaca), ha experimentado en primera persona la pérdida paulatina de su lengua.
“Siempre digo que es muy triste ver en primera fila cómo va muriendo tu lengua”, expresa la escritora, al asegurar que el proceso de deterioro de estas lenguas es más notorio entre la población joven.
“Si ves la tasa de transmisión, claramente ves que la población infantil ya no está jugando entre ella en mixe”, señala la lingüista, que ve una gran diferencia entre niños y adultos de la tercera edad, entre quienes todavía abunda la comunicación en mixe.
En opinión de Aguilar, la protección y conservación de las lenguas prehispánicas pasa por una menor intervención del estado en la educación de las comunidades indígenas.
“Pasa por la autonomía, que los pueblos (originarios) puedan tener sus propios sistemas educativos”, sostiene la escritora, que defiende el derecho de las comunidades indígenas a la autogestión en este y otros aspectos sociales y políticos.