Toronto (Canadá), 23 ago (EFE).- El viento y el aumento de las temperaturas en el norte de Canadá provocó este miércoles un agravamiento de los incendios forestales, que han obligado a evacuar la población de la ciudad más importante de la región, aunque en el oeste del país la situación mejoró en las últimas horas.
Las autoridades canadienses señalaron que en las pasadas 24 horas se han registrado seis nuevos incendios forestales en el país, lo que eleva a 1.037 los que están activos, de ellos 661 aún fuera de control.
Este año, los efectos del cambio climático han provocado la peor temporada de incendios de la historia del país, con 5.868 incendios en total y la destrucción de 154.000 kilómetros cuadrados de bosque, casi ocho veces más que la media anual de la última década.
En los Territorios del Noroeste, en el extremo septentrional de Canadá, los fuerte vientos que se registran en las últimas horas, están dificultando la labor de los equipos de extinción y del personal de las fuerzas armadas que ha sido desplegado en la región.
La semana pasada, las autoridades ordenaron la evacuación de los 20.000 habitantes de Yellowknife, la capital de los Territorios del Noroeste, ante el temor de que los incendios que rodean la localidad bloqueasen la salida de la población.
Este miércoles, las autoridades señalaron que todavía no es seguro regresar a la ciudad y que el comportamiento de las llamas, situadas a unos 15 kilómetros de Yellowknife, es impredecible.
Mientras en el oeste del país, donde la semana pasada los incendios obligaron a la evacuación de 35.000 personas, la lluvia y el descenso de las temperaturas han ayudado a controlar las llamas que amenazaban las localidades de Kelowna West y Kelowna, en el interior de la provincia de Columbia Británica.
Las autoridades han empezado a permitir el regreso de los evacuados pero han advertido que el proceso será gradual.
También este miércoles, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, agradeció a aquellas personas que han abierto sus hogares en los últimos días para dar alojamiento a miles de evacuados de las regiones afectadas por los incendios.