Washington, 16 oct (EFE).- El Tribunal Supremo de Estados Unidos emitió este lunes una orden por la que concede al Gobierno de Joe Biden la facultad de seguir regulando bajo la ley federal de armas de fuego las “armas fantasma” -artefactos caseros que no se pueden rastrear-.
A través de una breve orden, el Supremo aceptó la solicitud del Departamento de Justicia que pedía anular una orden de un tribunal inferior. Las regulaciones podrán seguir así en vigor mientras continúa en los tribunales inferiores una impugnación legal presentada por fabricantes de armas de fuego.
“Se concede la solicitud de nulidad del amparo”, presentado el 14 de septiembre de 2023 por el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Norte de Texas, apunta la orden.
El pasado 8 de agosto, el Supremo, de mayoría conservadora, reactivó de forma temporal las restricciones impuestas por el Gobierno del presidente Biden y suspendió una decisión de un tribunal inferior que había invalidado las limitaciones aplicadas.
Después del fallo, un juez federal de Texas y la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos permitieron a dos fabricantes continuar vendiendo los kits prohibidos, pese a la decisión del Supremo.
Conocidas como “armas fantasma”, son kits que un usuario puede comprar en tiendas o a través de internet para fabricar un arma de fuego completamente funcional.
Por tanto, carecen de número de serie, no requieren verificación de antecedentes de quien las compra y no proporcionan registros de transferencia para una fácil trazabilidad.
En abril de 2022, Biden anunció una medida para regular las armas de fabricación casera y decidió cambiar la definición de arma bajo la ley federal para incluir aquellas que están en piezas y las fabricadas con impresoras 3D.
Bajo la nueva norma los kits de las piezas que componen las “armas fantasma” deben tener números de serie que permitan su identificación y quienes los compren deben someterse a la misma verificación de antecedentes por la que pasan quienes adquieren armas tradicionales.
Meses después del anuncio, un juez federal de Texas consideró que el Gobierno federal había excedido su autoridad con esa medida y bloqueó la regulación a nivel nacional, en respuesta a una demanda presentada por dos particulares que querían crear sus propias armas.
En consecuencia, el Ejecutivo optó por recurrir al Supremo alegando que “departamentos de policía en toda la nación han afrontado una explosión de delitos con ‘armas fantasma'”.
El reglamento gubernamental fue emitido el año pasado por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos y supuso el cambio de la Ley de Control de Armas de 1968.
Los propietarios de armas, los grupos de defensa y las empresas que fabrican o distribuyen los kits y componentes demandaron para impugnar las regulaciones.
En julio, el juez Reed O’Connor, del Tribunal Federal de Distrito para el Distrito Norte de Texas, se puso del lado de los demandantes y anuló la regulación alegando que “un kit de piezas de arma no es un arma de fuego”.