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Washington, 31 oct (EFE).- El Tribunal Supremo de Estados Unidos evaluó este lunes el mantenimiento o no del principio de discriminación positiva en las universidades al analizar la demanda de una asociación estudiantil que había impugnado los sistemas de acceso de la de Harvard y la de Carolina del Norte.
La organización Estudiantes a favor de admisiones justas (SFFA, por sus siglas en inglés) considera que ambos centros discriminan a los asiático-estadounidenses en favor de otras minorías, como la negra y la latina.
La máxima institución judicial del país, donde se sientan seis jueces conservadores y tres progresistas, se limitó este lunes a escuchar los argumentos orales respecto a la llamada “acción afirmativa”, que establece privilegios para minorías previamente perjudicadas por su raza, sexo o nacionalidad.
La última vez que el Supremo se había pronunciado sobre un caso similar fue en 2016, año en que dictaminó en contra de una joven blanca que demandó a la Universidad de Texas por no admitirla como alumna al regirse por un principio favorable a las minorías.
La discriminación positiva cobró especial importancia en Estados Unidos durante el movimiento de defensa de los derechos civiles de los afroamericanos y el fin de la segregación racial en las escuelas en la década de 1950.
La jueza demócrata Ketanji Brown Jackson, la primera afroamericana del Supremo estadounidense y su última incorporación, no pudo intervenir en el caso de Harvard porque formó parte de su comité de admisiones.
El abogado de Harvard, Seth Waxman, negó este lunes que la universidad a la que defiende lleve a cabo un “balance racial” y discrimine a los solicitantes asiático-estadounidenses, alegando que aunque la raza puede ser en algunos casos “determinante”, es solo un factor más dentro de un enfoque integral.
El periódico The Hill recordó este lunes que la clase de primer año de la Universidad de Carolina del Norte está compuesta un 65 % por blancos, un 22 % por asiático-estadounidenses, un 10 % por negros y otro 10 % por hispanos. La cifra suma más de 100 porque algunos pertenecen a más de una categoría.
En Harvard, por su parte, su curso inaugural cuenta con un 40 % de blancos, un 28 % de asiático-estadounidenses, un 14 % de negros y un 12 % de latinos.
“Nuestro proceso de admisión valora la excelencia académica, pero nunca reduce a los solicitantes a un solo factor”, indicó hoy esa prestigiosa institución académica en Twitter, donde también subrayó que no discrimina “a ningún grupo”.
Nueve de los 50 estados del país han prohibido ya que la raza sea un factor de su consideración en el acceso a sus universidades públicas: Arizona, California, Florida, Georgia, Michigan, Nebraska, Nuevo Hampshire, Oklahoma y el estado de Washington.
Ryan Park, abogado defensor de la Universidad de Carolina del Norte, subrayó este lunes que rellenar la casilla sobre la raza en el formulario de ingreso no es obligatorio, y apuntó que incluso para quienes sí la completan no es el único criterio que se tiene en cuenta.
La procuradora general del Ejecutivo estadounidense, Elizabeth Prelogar, solicitó por su parte al Supremo que no derogue sentencias anteriores que permitían a las universidades considerar la raza como un factor de admisión.
“En una sociedad donde la raza todavía importa, conseguir la diversidad a veces puede requerir actos conscientes. Es importante ser capaz de dar prioridad a los beneficios educativos de la seguridad”, señaló en un caso de importante calado político y que reunió a las puertas del tribunal a defensores de la discriminación positiva.
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