Los Ángeles (EE.UU.), 19 abr (EFE).- Desde el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos, que podría comenzar su primera huelga en 16 años el próximo 1 de mayo, volvieron a referirse este miércoles al paro definiéndolo como un “reto” que les permita recibir una “compensación” por sus “esfuerzos”.
“Uno de los retos específicos (de la huelga) es encontrar el equilibrio entre conseguir una oportunidad, trabajar en estrenos y presentarte ante las personas adecuadas, pero también recibir una compensación por esos esfuerzos”, tuiteó el perfil oficial del Writers Guild of America (WGA), su nombre en inglés.
Y es que Hollywood está viviendo semanas convulsas después de que el sindicato y los grandes estudios, representados en la Alliance of Motion Picture and Television Producers (AMPTP), no hayan llegado a un acuerdo para renovar el contrato colectivo que los ha vinculado durante los últimos tres años.
Los guionistas aspiran a firmar un paquete de aumentos salariales valorado en casi 600 millones de dólares, que incluiría un incremento del salario mínimo; la creación de un plan de pensiones; un seguro de salud “digno”; y la revisión de los conocidos como “residuals”, pagos individuales por producciones emitidas principalmente en “streaming”.
Sin embargo, las demandas del sindicato chocan con la situación económica de compañías como The Walt Disney Company, Warner Bros. o Netflix, que tratan de reducir costes para hacer frente a sus altos niveles de deuda en un mercado a todas luces saturado.
En este contexto, el 97,85 % de los 11.500 miembros de la WGA votó el martes por cesar sus actividades el próximo 1 de mayo en un gesto que la propia institución catalogó como una “inversión” en su futuro y en la “viabilidad” de la industria.
“Habéis expresado vuestra fuerza colectiva, solidaridad y la demanda de un cambio significativo en un número abrumador”, dijo el Sindicato de Guionistas de EE.UU. el martes en un comunicado a sus integrantes.
A pesar del abrumador respaldo a la huelga, el paro aún no es definitivo y la votación podría servir como estrategia de negociación, tal como ocurrió en 2017, cuando el 96 % se decantó por dejar de escribir guiones pero ambas partes lo remediaron a tiempo.