Nueva York, 19 ago (EFE).- Durante casi cinco décadas la gastronomía cubana conquistó el paladar de generaciones de familias y famosos desde un local acogedor y familiar en el vecindario de Corona, en Queens, que ven ahora con tristeza cómo “Rincón Criollo” cerrará, impactado aún por efectos de la pandemia, las transformaciones en el barrio y el alto costo del alquiler en Nueva York.
A sólo pasos del metro 7 que transcurre entre Manhattan y Queens, a la salida de la estación de Junction Boulevard y la avenida Roosevelt, una calle abarrotada de vendedores ambulantes, está el restaurante que durante 47 años ha sido testigo de cómo ha ido cambiando el vecindario, ahora uno de los más internacionales de Nueva York y donde abunda la población latina.
Cuando el “Rincón Criollo” eche el cierre definitivo el 31 de agosto, su madre vendrá desde Miami para acompañarla en ese momento, comentó a EFE Esther Acosta que junto a su hermano Rudy compraron en 2011 el restaurante, hasta entonces en manos de sus tíos abuelos.
“Será difícil”, admite Acosta, que atiende a clientes que no paran de llegar desde que tuvieron noticias de su cierre para disfrutar de una ropa vieja, arroz con pollo, frijoles negros, rabo encendido, o picadillo, entre otras delicias de su diversidad culinaria, y recordar juntos viejos tiempos, mientras se escucha de trasfondo música cubana en la voz de Benny Moré o Barbarito Diez, entre otros.
“Después de la pandemia nada ha sido igual: el alquiler subió, el área cambió, no hay estacionamiento, la criminalidad sube… para el negocio ya no ha sido igual”, comentó Acosta.
DE SANTIAGO DE CUBA A NUEVA YORK
Las raíces de “Rincón Criollo” se remontan a Santiago de Las Vegas en Cuba, donde operó desde 1950 a 1962. La revolución cubana llevó a los fundadores, sus tíos abuelos Jesús René y Rodobaldo Acosta, a emigrar a Nueva York.
El 17 de mayo de 1976 abrieron el restaurante con el mismo nombre y platos clásicos cubanos en el vibrante barrio de Queens, considerado el de mayor diversidad étnica de la nación, y donde entonces se concentraba la comunidad cubana.
Las paredes del restaurante están llenas de historias, con fotos de la Cuba antigua, de comensales famosos como Celia Cruz o de otras estrellas cubanas como el comediante Leopoldo Fernández “Tres Patines”.
Otras son de momentos más recientes, durante la pandemia, cuando “Rincón Criollo” preparó hasta 2.000 comidas diarias para la población local, entre ellos personal sanitario, en coordinación con World Central Kitchen, fundada por el chef español José Andrés.
Acosta, que nació en EE.UU -pero “me criaron bien cubana”, aclara- recordó que por muchos años muchas familias celebraron allí sus cumpleaños y otros momentos especiales.
Los hermanos Acosta, que ya cuentan con otro restaurante “Rincón Criollo” que abrieron en 2015 en Long Island, trasladarán éste, con todo lo que tiene adentro, incluido el personal, también a Long Island, donde compraron un espacio de dos niveles que cuenta con estacionamiento, para continuar con la tradición familiar de la buena comida cubana.
“Fue muy difícil la decisión (de cerrar), lloro todos los días porque son tantas las familias que crecieron con nosotros, y que venían con sus hijos…”, recordó.
“Pero, -agrega- para mantener Rincón Criollo y seguir la tradición de mi familia, con las recetas de mi abuela, de comida típica cubana con la que nos criamos, la única alternativa era moverse” a un nuevo local.
Acosta espera que “Rincón Criollo” comience a recibir a nuevos y viejos clientes en su flamante espacio a partir del 1 de octubre, donde espera que la familiaridad y la buena comida cubana sigan yendo de la mano.