Miami (EE.UU.), 16 dic (EFE).- El pasado 29 de mayo comenzó un nuevo camino para Bam Adebayo. Lo hizo con una imagen icónica: desgarrando y rompiendo su camiseta rumbo al vestuario después de que Miami Heat perdiera el séptimo y definitivo partido de la final del Este ante Boston Celtics en su propio pabellón.
También influían las dudas que algunas de sus actuaciones habían generado en aficionados y medios de comunicación que demandaban más agresividad en su juego.
“Sobre el ruido que llega de fuera, simplemente hace crecer esa ira profunda, te prueba a ti mismo. Todos en este equipo vamos al verano con motivaciones para volver mejor y simplemente demostrar que mucha gente está equivocada”, dijo a la radio local WQAM en el día de medios de Miami Heat para arrancar este curso.
Ese punto de partida no tenía únicamente un objetivo colectivo de pelear de nuevo por el anillo sino también un reto personal de asumir más responsabilidad y de dar un paso al frente en su peso dentro del vestuario.
El propio Pat Riley le puso deberes en la atención a los medios de final de temporada.
“Puede mejorar en su búsqueda de lanzamientos, conseguir quince tiros por noche de calidad. Ayuda mucho pero no siempre puede ser esfuerzo, correr, mates, bandejas… Hay otro nivel en el que le necesitamos con más consistencia”, afirmó Riley, presidente de la franquicia.
No sólo era un mensaje al jugador sino sobre todo al encargado de que los ataques del equipo desemboquen más en las manos de Adebayo: el técnico. Este no suponía el primer cruce público de opiniones que protagonizaban Erik Spoelstra y Riley en relación a un jugador interior: ya con Hassan Whiteside hubo discrepancias en la manera de utilizarle dentro de la cancha.
Dicho y hecho, tanto Spoelstra como Adebayo recogieron el guante lanzado desde la presidencia del equipo y en la pretemporada de Bahamas el pívot comenzó a asumir ese rol, con mucho más protagonismo, con un libro táctico que tenía el objetivo de convertirle en referencia anotadora, a la altura incluso de Jimmy Butler, aunque evidentemente en otras zonas del campo.
En la presente 2022-2023, Adebayo juega más minutos que nunca (35 por partido) y es el segundo hombre más utilizado del equipo tras Kyle Lowry.
Ese tiempo en pista ha llegado acompañado de rendimiento porque promedia la mejor marca anotadora de su carrera con 20,6 puntos cada noche, solo por detrás de Butler (21,6) y Tyler Herro (21,2).
Adebayo ahora mira mucho el aro.
Concretamente ejecuta 2,4 tiros a canasta más por encuentro que la temporada pasada y sin reducir el porcentaje de acierto (52 % en estos momentos). Aquellos quince lanzamientos que pedía Riley ya se reflejan en cada planilla estadística.
El plan ideado por Riley, diseñado por Spoelstra y ejecutado por Adebayo funciona.
“Estoy en esa onda, es el plan que el entrenador tiene para mi, me da más espacios. Es en lo que hemos estado trabajando durante todo el verano”, comentó a los periodistas tras el partido de la semana pasada en el que metió 31 puntos a Los Angeles Clippers.
Pese a su rol más protagónico en la anotación, su capacidad de intimidación no se ha mermado y promedia guarismos similares en estadísticas de rebote, ofensivo y defensivo, además de tapones.
Su mejoría pasa también por la versatilidad ofensiva, que le convierte en una pieza insustituible para Spoelstra: las pantallas que sirve a sus exteriores, con continuación al aro o abierta para tiro exterior, la facilidad con la que puede subir la pelota o lanzar un contraataque, su capacidad para asistir gracias a su visión de juego…
Defensivamente, además, es de los pocos interiores que pueden cambiar automáticamente en los bloqueos y no siempre los anotadores rivales de perímetro han sonreído al ver que quien quedaba emparejado con ellos era Adebayo.
Con este paso al frente, Miami Heat cuenta ya con uno de los mejores interiores de la liga.
Y es que Adebayo, junto a Joel Embiid, Giannis Antetokounmpo y Nikola Jokic, forma parte de un selecto club con promedios de más de 20 puntos, 9 rebotes y 3 asistencias por encuentro.
El equipo también le ha correspondido con una apuesta muy clara ya que Adebayo tiene una extensión de contrato firmada en 2020 que le hará vestir esa camiseta hasta, al menos, 2026. Además recibe el segundo salario más alto de Miami Heat sólo por detrás de Butler.
La idea de futuro es muy evidente. Sumando a un Herro que también sigue progresando se completa un ‘big-three’ muy particular, compuesto por dos elecciones propias de draft y ninguno de ellos Top 10 de sus respectivas promociones. La filosofía del desarrollo de jugadores de la franquicia del sur de la Florida sigue dando sus frutos.
Nacho García