Washington, 22 oct (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió este martes de que aunque los riesgos para la estabilidad financiera a corto plazo parecen estar contenidos, en lo que respecta al largo plazo las vulnerabilidades están aumentando, por lo que es necesario actuar para limitar las fragilidades.
En su Informe de Estabilidad Financiera Global publicado hoy precisó que las condiciones financieras acomodaticias que mantienen a raya los riesgos a corto plazo facilitan la acumulación de vulnerabilidades, como las elevadas valoraciones de los activos o un aumento global de la deuda privada y gubernamental.
La organización recuerda que ha habido acumulación de vulnerabilidades en el pasado, principalmente antes de la crisis financiera global de 2008. Ese incremento normalmente es gradual, no obstante, “lo que debería dar tiempo a hacer ajustes”.
El informe recalca que las crecientes vulnerabilidades podrían amplificar los ‘shocks adversos’, que se han vuelto más probables debido a la elevada incertidumbre en la situación económica y geopolítica por los conflictos militares en curso y las inciertas políticas futuras de los gobiernos recién elegidos.
La cada vez mayor desconexión entre dicha incertidumbre y la volatilidad del mercado, según sus conclusiones, aumenta la posibilidad de que se produzcan cambios repentinos de la volatilidad y fuertes revaluaciones de los activos.
Para el FMI, esa brecha es motivo de preocupación: “Hace que los ‘shocks’ sean más probables porque la alta tensión geopolítica podría desencadenar liquidaciones repentinas en los mercados financieros. (…) Algunas instituciones financieras pueden verse obligadas a vender activos para limitar los riesgos”.
Aunque esa medida “puede proteger a instituciones concretas, en realidad puede exacerbar las ventas masivas” en los mercados, recalca la organización. Las turbulencias que se dieron en el mercado el pasado agosto, según el FMI, permiten hacerse una idea de tal escenario.
Su informe añade que los altos niveles de deuda soberana y su rápido crecimiento se mantienen como un reto global.
El FMI destaca también la resiliencia de los mercados emergentes, pero advierte de que aunque la presión sobre esos mercados podría moderarse a corto plazo dado que las principales economías avanzadas están preparadas para flexibilizar la política monetaria, persiste una alta incertidumbre respecto a las políticas comerciales y la geopolítica.
Según el organismo con sede en Washington, que esta semana celebra sus reuniones anuales con el Banco Mundial (BM), las autoridades deben estar alerta porque esa elevada brecha entre incertidumbre, riesgo geopolítico y volatilidad de los mercados financieros impulsa que los aumentos repentinos de la volatilidad puedan ser más frecuentes.
El FMI estima que ayudaría a reducir la incertidumbre una comunicación clara por parte de los bancos centrales de que la política monetaria no debería reaccionar excesivamente a cualquier dato individual.
Allá donde se prevea una inflación “obstinada” por encima de los objetivos, esos reguladores deberían contrarrestar expectativas demasiado optimistas de los inversores respecto a una relajación de dicha política, recalca. Y cuando haya crecimiento y el aumento de los precios se ajuste a la meta, es recomendable rebajar los tipos.
El FMI ve importante fortalecer el marco de política macroprudencial para contrarrestar una toma de riesgos excesiva en el sector no financiero, y recomienda también pruebas de estrés que incorporen escenarios que tengan en cuenta eventos geopolíticos o restricciones comerciales.
Según su informe, aunque lograr un aterrizaje económico suave sigue siendo fundamental, se deben intensificar las medidas para prevenir futuras fragilidades. Y para contener los riesgos de contagios se considera crucial que los reguladores estén equipados para intervenir pronto.