Redacción Deportes (EE.UU.), 23 jul (EFE).- El estadounidense Josef Newgarden (Team Penske) ganó este sábado y volvió a repetir triunfo este domingo en la doble carrera en el oval de Iowa programada por la IndyCar.
Por su parte, el español Álex Palou (Chip Ganassi) también tuvo una gran jornada al posicionarse bien en las últimas vueltas para acabar tercero y dar solvencia a su liderato en la general.
Newgarden, que dominó el fin de semana en Iowa con autoridad, ha ganado los últimos cinco óvalos que se han corrido y se sitúa como el candidato más claro para competir por el título ante Palou, que tiene un margen de 80 puntos.
“Álex está siendo un piloto impresionante este año”, elogió Newgarden en la retransmisión estadounidense.
“Es un competidor tremendo. Es divertido porque es mi compañero de ‘pickleball’. Lo que está haciendo este año parece fácil si ves la distancia que tiene en la clasificación. Espero que podamos recortarle puntos, tendremos que ganar varias carreras más. Estamos preparados para hacerlo, pero es uno de los mejores rivales contra los que puedes pelear. Esto es IndyCar y las cosas cambian rápidamente”, añadió.
El piloto de Team Penske fue el único que no vio modificada su posición pese a la bandera amarilla mostrada a diez vueltas para el final, que lo cambió todo.
Una vez que se mostró la bandera verde a tres vueltas para el final, tanto el australiano Will Power (Team Penske) como Palou sacaron ventaja y lograron meterse en el podio, en el caso del español para dar un golpe contundente en la pelea por el título.
Palou suma 477 puntos, 80 más que Newgarden. Los demás perseguidores lo tienen realmente complicado. Dos compañeros del catalán en el equipo Chip Ganassi, el neozelandés Scott Dixon y el sueco Marcus Ericsson, son tercero y cuarto respectivamente a 120 y 147 unidades.
El mexicano Pato O’Ward (Arrow McLaren) acabó en la décima posición este domingo y el argentino Agustín Canapino (Juncos Hollinger) ocupó el puesto 26.
El inicio de la carrera tuvo precisamente a O’Ward como animador, saltando del undécimo puesto hasta al sexto con muchísima facilidad y se postuló para intentar repetir su podio del sábado.
Palou, octavo el sábado, adquirió una postura de nuevo conservadora enfocado en su objetivo del campeonato y en no arriesgar en el óvalo corto de Iowa.
Power se mantuvo firme en las primeras 30 vueltas liderando la prueba, pero fue entonces cuando el neozelandés Scott McLaughlin (Team Penske) logró ponerse a su altura hasta llegar a liderar.
Era la antesala de una maniobra perfecta de Newgarden, que aprovechó la pelea entre los otros dos pilotos para ponerse en primera posición. El primer paso por boxes de los líderes de la carrera llegó a partir de la vuelta 53 sin grandes modificaciones en la clasificación.
Un golpe con el muro de Canapino provocó que se mostrará la primera bandera amarilla y las distancias se anularon.
Era la segunda oportunidad para cambiar neumáticos en esa vuelta 93 y ya en la 105 se reanudó la carrera, con Newgarden firme en cabeza.
El estadounidense Sting Ray Robb (Dale Coyne Racing) perdió una rueda de su monoplaza y causó el momento de mayor tensión de la carrera con el resto de coches esquivándola y evitando un accidente. Esto provocó que se mostrara otra bandera amarilla y que se detuviera de nuevo la prueba.
A 50 vueltas para el final llegó la última visita a los pits. El sueco Felix Rosenqvist (Arrow McLaren) fue el gran vencedor de este momento situándose a menos de un segundo de Newgarden.
Con Rosenqvist asentado en la pelea con Newgarden, Palou dio lo mejor de su monoplaza en el tramo final y se situó quinto.
A once vueltas para el final se mostró la tercera bandera amarilla de nuevo por un choque con el muro, esta vez de Ryan Hunter-Reay (Ed Carpenter Racing). Todo se detuvo muy cerca del final y dio opciones de victoria a muchos que de otro modo ni lo hubieran podido soñar.
Comenzó una nueva carrera a tan solo tres vueltas y tanto Power como Palou supieron aprovechar esa oportunidad, situándose segundo y tercero, respectivamente. Pero nadie pudo destronar al rey de los óvalos: un Newgarden intratable.