Ciudad de México, 2 feb (EFE).- El restablecimiento en Estados Unidos de la política antiabortista ‘Global Gag Rule’ o ‘Mexico City Policy’, que impide financiar ONG extranjeras que apoyen el aborto, preocupa a organizaciones feministas en México, que al mismo tiempo se preparan para afrontar un obstáculo más, ante el creciente auge de los grupos 'antiderechos' en el mundo.
La mayor preocupación de la Red Necesito Abortar, que acompaña abortos en el norte de México, son las mujeres y personas con capacidad de gestar que también apoyan en Estados Unidos, a través de redes transfronterizas que les permiten tener un proceso seguro en casa, según explicaron a EFE las acompañantes de la red, Sandra Cardona y Vanessa Jiménez.
“Nos estamos preparando de manera proactiva y metódica para brindar acceso al aborto aquí en México, principalmente en la zona fronteriza, para todas las personas que lo necesiten, sin importar su origen, situación migratoria o condición socioeconómica”, explicó Cardona.
“Contamos con un espacio seguro y acogedor llamado la 'Abortería', que está completamente equipado con la infraestructura y los recursos necesarios para garantizar un aborto digno, seguro y respetuoso”, detalló Jiménez, donde proporcionan “el medicamento requerido para el procedimiento y un acompañamiento integral que incluye apoyo emocional, orientación profesional y seguimiento personalizado durante todo el proceso”.
Las acompañantes destacaron que la restauración de la política antiabortista por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no impactaría profundamente a la red, pues desde sus inicios han desarrollado la capacidad y resiliencia para operar eficientemente con recursos limitados, pero sí afectaría directamente los apoyos a distancia que realizan en EE.UU.
Además, insistieron en que existe una creciente necesidad de acceso al aborto seguro por parte de personas provenientes de ese país, -alrededor de 400 de las 1.400 atenciones que hacen al mes-, donde las restricciones se han intensificado considerablemente, tras el regreso de Trump a la Casa Blanca dos semanas.
De los recortes a la acción
Entre sus primeras medidas, Trump cortó los fondos federales dirigidos a financiar o promover el aborto voluntario en Estados Unidos, así como a ONG extranjeras proaborto, restableciendo así la ‘Política de Ciudad de México’, 'Mexico City Policy', que impide usar recursos de cooperación estadounidense para financiar este tipo de asociaciones.
A pesar de los recortes, las organizaciones mexicanas coinciden en que su labor no se va a detener y que esta es una barrera más de las muchas que han enfrentado en la lucha por los derechos sexuales y reproductivos en el país, donde 21 de los 32 estados ya han despenalizado el aborto voluntario.
Adriana Patlán, directora de la organización Equidad de Género, compartió a EFE que uno de los principales apoyos que perderían a partir de esta política sería la subvención de 'Fos feminista', que apoya “la canalización a los servicios de aborto en los estados donde está despenalizado y la lucha por el aborto en los estados que faltaban” y representa un 35 % de su financiamiento en proyectos relacionados con derechos sexuales y reproductivos.
No obstante, Patlán advirtió de que gran parte del financiamiento que reciben de EE.UU. proviene de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (Usaid, en inglés), que Trump también decidió retirar en áreas como igualdad de género, derechos LGBTI, migración y cambio climático, lo que se traduce en un 80 % de los recursos de la ONG.
Llaman a la unidad entre ONG
Asimismo, subrayó que aunque les “preocupa” también les “ocupa”, e hizo un llamado al movimiento feminista a fortalecer las redes, ante lo que consideró una “embestida” de los grupos antiderechos liderados por figuras como Trump.
Aunque otras ONG, como IPAS para Latinoamérica y el Caribe, no reciben fondos de EE.UU. también coinciden en el impacto que este fenómeno puede traer en todo el ecosistema de la lucha regional por la defensa del aborto.
Fernanda Díaz de León, subdirectora de incidencia de la ONG, apuntó que esta no es la primera vez que EE.UU restablece la 'Global Gag Rule', pero sí que lo hace junto con un desfinanciamiento a Usaid y a programas de la OMS como a personas que viven con VIH.
Además, alertó de otro fenómeno ocurriendo en paralelo, el “fortalecimiento de organizaciones anti derechos, que tienen como finalidad restringir el acceso a los derechos”, no necesariamente en términos económicos, pero sí políticos y en los medios de comunicación, especialmente en las redes sociales.