Nueva York, 16 feb (EFE).- El jurado del caso por narcotráfico contra el exsecretario de Seguridad Pública mexicano Genaro García Luna no alcanzó este jueves un veredicto durante su primera jornada de deliberaciones en un tribunal de Nueva York.
Los doce miembros del jurado comenzaron su deliberación a las 12.30 de la tarde, después de que el juez Brian Cogan diera las últimas instrucciones antes de que se retiraran a poner en común sus conclusiones tras más de tres semanas y 27 testimonios.
Durante la jornada de hoy, el jurado ha solicitado revisar partes de varias transcripciones de testigos, que recibirán mañana a primera hora.
Asimismo, pidieron los argumentos de la Fiscalía y de la Defensa, que ambas partes acordaron no entregar, ya que como dijo el juez, las alegaciones no constituyen pruebas.
Al terminar la jornada, García Luna, vestido de traje, abrazó y se despidió efusivamente a sus abogados y, como es habitual en él, lanzó besos y abrazos a su mujer Linda Cristina Pereyra, que hoy también estuvo acompañada en la sala por su hija Luna.
Mañana continuarán sus deliberaciones para determinar si García Luna es culpable o no de los cinco delitos que se le imputan, cuatro de ellos relacionados con el narcotráfico.
García Luna, de 54 años, está acusado de participar en la dirección de una empresa criminal cuya actividad continúa hasta la actualidad, conspiración para la distribución de 5 kilogramos o más de cocaína, conspiración para la distribución y posesión de 5 kilogramos o más de cocaína con la intención de distribuirla en Estados Unidos y conspiración para la importación de la misma cantidad o más.
El quinto delito es el de supuestamente prestar falso testimonio a las autoridades estadounidenses cuando solicitó la nacionalidad.
Pero además, los miembros del jurado tendrán que decidir, en caso de declararlo culpable, si García Luna en 2012 abandonó la conspiración en la que participaba.
En caso de determinar que en ese año dejó de conspirar y así se lo hizo saber a sus supuestos socios, entonces sus delitos habrían prescrito y sólo sería condenado por el último de los cargos: no decir la verdad cuando se le preguntó si había cometido un delito por el que no había sido procesado.