Filadelfia (EE.UU.), 10 sep (EFE).- Un vallado de metal de poco más de dos metros de altura rodeando el Centro Nacional de la Constitución de Filadelfia y varios ciudadanos expresando sus inquietudes políticas son las pocas señales de que este martes está pasando algo importante en Filadelfia, donde Donald Trump y Kamala Harris se verán las caras por primera vez.
El primer debate presidencial entre ambos candidatos (segundo de estas elecciones para Trump tras la retirada de Joe Biden) está pasando de refilón por Filadelfia, bastión demócrata y la ciudad más poblada de Pensilvania (1,5 millones de habitantes), uno de los estados clave, cuyo resultado pesará enormemente para elegir al próximo presidente de Estados Unidos.
Minutos antes de las 21.00 hora local (01.00 GMT del miércoles) los dos candidatos llegarán al blindado centro de convenciones en el que se ha instalado el todavía misterioso plató de ABC News, del que sólo se conoce una fotografía con dos estrados y un fondo añil con versos de la Constitución y, destacado, su preámbulo: “We the people” (nosotros el pueblo).
Ambos se encontrarán en persona por primera vez en un debate que no tendrá público y en el que sólo estarán presentes los dos presentadores: David Muir y Linsey Davis.
“Es una pena que no habrá público porque a mí me encantaría estar allí”, se queja a EFE Venus, una estadounidense procedente de Nueva York que está haciendo turismo en Filadelfia, tras comprar una camiseta de Kamala Harris en uno de los pocos puestos de souvenirs políticos que se han instalado en los alrededores del recinto.
Se la vende Beatrice, quien ha viajado desde Washington DC con su puesto cargado de camisetas, sudaderas, gorras y demás souvenirs. Lleva de Trump y de Harris: “Los dos me gustan, es mi trabajo”, cuenta a EFE la vendedora, quien explica que hoy está teniendo más éxito con las de Harris.
Desde su llegada a la campaña, tras la retirada de Biden, la vicepresidenta ha supuesto un huracán de optimismo para el Partido Demócrata y hoy está por delante en las encuestas, aunque no en todos los estados clave.
En Pensilvania, según la media elaborada por el portal FiveThirtyEight, sólo tiene un 0,7 % de ventaja: 46,4 % frente al 45,7 % de Trump, una distancia corta que esperan modificar tras su actuación esta noche.
Este segundo debate se celebra en un lugar muy simbólico para los estadounidenses, pues a pocos metros del Centro Nacional de la Constitución está la famosa Campana de la Libertad, el símbolo más poderoso de la guerra de la Independencia, que en 1776 convocó a los ciudadanos de Filadelfia para la lectura de la Declaración de Independencia y que antes había sido tocada para anunciar la apertura del Primer Congreso Continental en 1774.
Es allí a donde una decena de ciudadanos han acudido a lo largo del día para expresar sus puntos de vista sobre el país y sus peticiones a los candidatos.
“Estoy aquí para intentar devolver un poco de civilidad y sentido común a la elección de quién será presidente. Necesitamos acabar con el odio, las mentiras y el miedo en la política de este país y tratar de resolver los problemas reales”, narra a EFE Jonathan Derrachelle, mientras sujeta un cartel pintado a mano con la frase: “We are Americans all” (todos somos americanos).
Ataviado con una bandera de Palestina y una kufiya, frente a las vallas de seguridad está Nick, un joven de 30 años que ha viajado durante cuatro días desde California para estar hoy aquí: “creo que es importante que todos se interesen en lo que está sucediendo y yo siempre que puedo estoy donde suceden las cosas interesantes, me ayuda a mantenerme involucrado”, explica a EFE.
Está solo pero está convencido de que a lo largo del día llegarán más personas para abogar por su misma causa: el fin de la guerra en Gaza.
Protesta, además, por el bipartidismo existente en Estados Unidos: “Parece que hay que elegir entre Trump o Harris, pero hay mucha gente que se presenta, como Jill Stein del Partido Verde, que tienen una base de seguidores enorme y no fueron invitados a hablar esta noche”, se queja el joven sobre esta pugna que los periodistas seguirán de lejos.
A unos veinte minutos del Centro Nacional de la Constitución, en el centro de convenciones de la ciudad, es donde se ha instalado el centro de prensa, donde un millar de periodistas cubrirá, a través de pantallas gigantes, una de las grandes citas de esta frenética campaña.