Naciones Unidas, 6 jun (EFE).- Estados Unidos, el Reino Unido y Francia – las tres potencias occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU- evitaron este martes atribuir a Ucrania o Rusia la responsabilidad de la voladura de la presa de Kajovka, aunque insistieron en que sin la invasión lanzada por Moscú este desastre nunca se habría producido.
Ese fue el mensaje que los tres países dejaron en una reunión del máximo órgano de decisión de Naciones Unidas, convocada de urgencia tras la destrucción de esta infraestructura situada en la región sureña de Jersón y de la que Ucrania y Rusia se acusan mutuamente.
En sus discursos, los representantes de Washington, Londres y París subrayaron la gravedad de la situación e insistieron en la idea de que todo ello, incluido el desastre de la presa, deriva de la guerra lanzada por Moscú hace más de un año.
“La destrucción de la presa es otra víctima de la brutal invasión rusa de Ucrania. Quiero dejar totalmente claro que fue Rusia quien inició esta guerra, fue Rusia quien ocupó esta zona de Ucrania y fueron fuerzas rusas las que tomaron ilegalmente la presa del año pasado y han estado ocupándola desde entonces”, dijo el enviado estadounidense Robert Wood.
En una línea similar se pronunciaron los embajadores del Reino Unido y Francia, que consideraron la ruptura de la presa como otra consecuencia de la invasión rusa y pidieron una vez más a Moscú la retirada inmediata y sin condiciones de sus fuerzas.
En declaraciones a los periodistas a su llegada a la reunión, tanto Wood como el representante británico James Kariuki reconocieron que sus países por ahora desconocen quién voló la presa y dijeron que sus servicios de inteligencia están tratando de obtener información.
“Compartiremos lo que podamos en cuanto podamos”, dijo Kariuki, que señaló que en el pasado Rusia ha llevado a cabo “operaciones de falsa bandera” y que no duda en que volverá a hacer acciones de este tipo.
Wood, por su parte, insistió en que Ucrania no tiene motivos para destruir una presa en su propio país, pero tampoco quiso culpar directamente a Rusia.
El embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, insistió ante el Consejo de Seguridad en que Ucrania fue quien voló la instalación y apuntó al hecho de que su país ya advirtió el año pasado a Naciones Unidas de que Kiev tenía planes de atacar Kajovka.
Nebenzia, además, se mostró a favor de que la ONU investigue el incidente y recordó que su país ya buscó sin resultado que la organización internacional iniciase pesquisas sobre otros como el sabotaje del gasoducto Nord Stream.
Pero ni Nebenzia, ni el embajador ucraniano ante la ONU, Sergiy Kyslytsya, que también intervino en la sesión tras todos los miembros del Consejo, pudieron aportar ninguna prueba que incriminase al rival por la voladura de la presa.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo esta mañana que la ONU “no tiene acceso a información independiente sobre las circunstancias” de la destrucción de la presa, y se abstuvo de señalar a ninguno de los países.
“Pero una cosa está clara -matizó-: esta es otra consecuencia devastadora de la invasión rusa de Ucrania”.