Washington, 7 oct (EFE).- El Departamento de Comercio de Estados Unidos impedirá a las empresas o individuos chinos comprar algunos semiconductores y materiales de fabricación estadounidense, anunció este viernes la oficina.
En concreto, la orden impedirá a compañías o individuos chinos acceder a microchips o componentes fabricados en EE.UU., lo que limitará su capacidad para fabricar piezas necesarias para el funcionamiento de superordenadores o sistemas militares avanzados.
Las reglas implican, además, que cualquier compañía extranjera que proporcione este tipo de materiales fabricados en Estados Unidos a empresas o individuos chinos podría ser incluida a su vez en la lista de entidades sancionadas del Departamento de Comercio.
La medida, fuertemente rumoreada durante la última semana en algunos medios estadounidenses, es similar a las restricciones impuestas a la compañía china Huawei por la Administración del anterior presidente estadounidense, Donald Trump (2017-2021).
“El Partido Comunista Chino ha dedicado una gran cantidad de recursos a desarrollar capacidades de computación avanzada y planea convertirse en un líder en Inteligencia Artificial para 2030”, avisó la subsecretaria para la Administración de Exportaciones del Departamento de Comercio, Thea Rozman, en un comunicado.
Rozman detalló que estos avances tecnológicos están sirviendo para espiar a los propios ciudadanos chinos y para desarrollar tecnología militar avanzada.
El anuncio de restricciones se produce pocas semanas después de que el Congreso estadounidense aprobara una ley para estimular la producción de microchips en Estados Unidos.
Este mismo jueves, IBM anunció planes para invertir 20.000 millones de dólares en el estado de Nueva York durante los próximos 10 años, un proyecto respaldado directamente por el presidente estadounidense, Joe Biden, que lo presentó como un ejemplo de los resultados que ya ofrece su plan para fomentar la fabricación de microprocesadores y otros productos clave en suelo nacional.
En otra visita este viernes, en esta ocasión a una planta de producción de Volvo, Biden volvió a poner en valor las “históricas” inversiones que se están haciendo para garantizar la fabricación nacional de numerosos productos.
“Estamos demostrando que ´Made in America´ (Fabricado en Estados Unidos) no es un eslogan, es una realidad”, dijo Biden, quien preguntó “dónde está escrito que Estados Unidos no puede volver a ser el líder mundial en manufacturas”.