Washington, 20 mar (EFE).- Estados Unidos concluyó este lunes que tanto los ejércitos de Etiopía y de Eritrea como los rebeldes de la región de Tigré cometieron crímenes de guerra en el conflicto que los enfrentó entre 2020 y 2021, por lo que exigió que rindan cuentas.
Así lo anunció el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, al regresar del viaje que hizo la semana pasada a Etiopía para revisar el cumplimiento del pacto de paz que puso fin en noviembre a la guerra en la región etíope de Tigré.
“Tras una cuidadosa revisión de la ley y de los hechos, he determinado que miembros del Ejército de Etiopía, del Ejército de Eritrea, del Frente Popular de Liberación de Tigré y de las fuerzas de Amhara (región vecina de Tigré) cometieron crímenes de guerra durante el conflicto en el norte de Etiopía”, dijo en un comunicado.
El líder de la diplomacia estadounidense señaló que soldados etíopes, eritreos y de Amhara cometieron crímenes de lesa humanidad, como asesinatos y violaciones de mujeres. A las tropas de Amhara, aliadas del Gobierno etíope, también las acusó de haber llevado a cabo una campaña de “limpieza étnica” contra la población tigrina.
“Reconocer formalmente las atrocidades por todas las partes es un paso esencial para lograr una paz sostenible. Los máximos responsables de esas atrocidades deben rendir cuentas, incluidos los que ocupan puestos de mando”, exigió Blinken.
El titular de Exteriores celebró que las partes enfrentadas se hayan comprometido en el pacto de cese de hostilidades a “reconocer las atrocidades cometidas” y les pidió que cumplan con ese compromiso.
También exhortó al Gobierno de Eritrea a que garantice “la rendición de cuentas” para los responsables de su Ejército de haber cometido abusos en Etiopía durante el conflicto.
Según Blinken, el reconocimiento de los crímenes y la justicia son “clave para romper el ciclo de violencia étnica y política” que sufre Etiopía.
El secretario de Estado estuvo el pasado miércoles en Adís Abeba, donde celebró la reducción “significativa” de las violaciones de los derechos humanos gracias al acuerdo de paz firmado entre el Gobierno etíope y la región norteña de Tigré, un pacto apoyado por Washington.
El conflicto, que estalló en noviembre de 2020 y dejó miles de muertos y más de dos millones de desplazados, deterioró las relaciones entre Etiopía y Estados Unidos, que había tenido en Adís Abeba un importante socio en la región.