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Washington, 4 ago (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos imputó este jueves a cuatro agentes y exagentes por supuestamente violar los derechos civiles de Breonna Taylor, una afroamericana que murió por disparos en marzo de 2020 durante una operación antidrogas en su casa, donde no se encontraron estupefacientes.
El fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, anunció en una rueda de prensa esas imputaciones contra trabajadores y exempleados del Departamento de Policía Metropolitana de Louisville (Kentucky).
“Esos supuestos delitos incluyen ofensas de derechos civiles, conspiraciones ilegales, uso inconstitucional de la fuerza y ofensas de obstrucción”, detalló Garland.
El Departamento de Justicia estadounidense ha acusado a Joshua Jaynes, Kelly Goodlett y Kyle Meany de violar los derechos civiles de Taylor, de 26 años, por utilizar una declaración jurada que sabían que era falsa para tener una orden de registro de su casa para llevar a cabo la redada que resultó en su muerte.
Esos tres agentes “buscaron una orden de registro en la casa de la señora Taylor a sabiendas de que no había un motivo para la búsqueda”, dijo Garland.
La redada se produjo en el marco de una operación antidrogas, donde los policías solicitaron varias órdenes de registro para varias casas.
En el caso de la vivienda de Taylor, Garland explicó que los imputados afirmaron “falsamente” que allí habían llegado unos paquetes relacionados con la red de narcotráfico.
“Alegamos que los acusados sabían que la declaración jurada en apoyo de la orden de registro contenía información falsa y engañosa, y que omitía información material”, afirmó.
Una vez la redada se puso en marcha, los agentes irrumpieron en la vivienda de Taylor, donde la mujer estaba con otra persona, su novio, que “poseía legalmente un arma de fuego” y que pensó que los policías eran intrusos que estaban intentando robar, por lo que abrió fuego contra ellos, apuntó el fiscal general.
“Inmediatamente dos agentes dispararon un total de 22 tiros en el apartamento -agregó Garland-, uno de los disparos alcanzó a la señora Taylor en el pecho y la mató”.
El cuarto imputado es Brett Hankison, quien, según el fiscal general de EE.UU., supuestamente “se movió de la entrada a un lado del apartamento y disparó diez disparos más a través de la ventana y la puerta corredera de cristal, ambas cubiertas con persianas y cortinas”.
Hankinson “ha sido acusado de dos ofensas de derechos civiles, que alegan que hizo voluntariamente un uso excesivo de la fuerza inconstitucional”, apuntó Garland.
En marzo pasado, Hankinson fue exculpado por un jurado de Louisville, que lo declaró no culpable de varios cargos, como el de poner en peligro la vida de los vecinos de Taylor cuando disparó su arma reglamentaria a ciegas durante la redada.
La muerte de Taylor el 13 de marzo del 2020 se produjo meses antes del asesinato del afroamericano George Floyd, en mayo de ese mismo año, que desencadenó la mayor ola de protestas y disturbios raciales en EE.UU. desde la década de los sesenta del siglo pasado.
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