Washington, 5 abr (EFE).- Estados Unidos pidió a China “no sobrerreaccionar” tras la reunión que mantuvieron este miércoles en Los Ángeles el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, el republicano Kevin McCarthy, y la presidenta de Taiwán, Tsai Ing Wen.
El encuentro ha sido visto por el Gobierno chino como una amenaza a su soberanía, por lo que días antes del encuentro declaró su “firme oposición” y advirtió de que tomaría “medidas firmes” en caso de que se llevara a cabo.
En una rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Karine-Jean Pierre, insistió que el paso de la presidenta taiwanesa por territorio estadounidense es “una escala” de su viaje a Centroamérica y que “no hay razón alguna para que Pekín la utilice como pretexto para sobrerreaccionar”.
La vocera del presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró además que “las líneas de comunicación siguen abiertas” con China y que ha habido contactos “de alto nivel” para disuadir a Pekín de una escalada.
En la misma línea, el Pentágono reivindicó este miércoles que la visita de Tsai no tiene carácter “oficial” y por tanto China no debería convertir este asunto en una crisis.
“No hay motivo para que China reaccione de manera agresiva. No hay motivo para sobrerreaccionar”, dijo en una rueda de prensa la viceportavoz del Pentágono, Sabrina Singh.
Singh explicó que no ha aumentado la presencia militar estadounidense en la zona, y si bien reconoció que se han detectado varios buques chinos en aguas cercanas a Taiwán, remarcó que se encuentran en aguas internacionales y que son “operaciones rutinarias”.
La portavoz defendió además que la “escala” de Tsai es “consistente” con la política estadounidense de “una sola China”, que no reconoce la independencia de Taiwán.
El republicano McCarthy recibió este miércoles en California a la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y celebró en ese encuentro rodeado de polémica la “amistad” entre Estados Unidos y Taiwán.
Tsai llegó a Los Ángeles tras haber realizado una gira por Centroamérica, donde visitó Belice y Guatemala, dos de los trece países que todavía mantienen lazos diplomáticos con Taipéi.
China reclama la soberanía sobre Taiwán, a la que considera una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas.
Estados Unidos estableció relaciones diplomáticas con Pekín en 1979 bajo el principio de reconocer “una sola China”, pero ha mantenido estrechas relaciones no oficiales con Taiwán, lo que a menudo genera tensiones con el Gobierno chino.