Metetí (Panamá), 11 mar (EFE).- La Embajada de Estados Unidos en Panamá anunció este lunes una donación de material por valor de más de 500.000 dólares destinado a los migrantes y a las comunidades afectadas por la crisis migratoria a través de la selva del Darién, frontera natural entre el país centroamericano y Colombia.
La donación estadounidense valorada en más de medio millón de dólares consistió en tiendas de acampar, catres, sábanas y mallas mosquiteras, según la información oficial de EE.UU., sobre la aportación que se produce después de los daños ocasionados en un centro migratorio tras unos altercados.
Así, “en los últimos tres años, ya hemos contribuido con más de 43 millones de dólares para los retos migratorios aquí en el país. Este es un compromiso y una carga compartida, es por eso que vamos a continuar con ella”, afirmó a periodistas, entre ellos EFE, el ministro consejero de la Embajada de los Estados Unidos en Panamá, John Barrett.
En lo que va de año, más de 82.360 migrantes cruzaron el Darién, según datos de las autoridades panameñas, que los registran a su llegada a las primeras comunidades indígenas a la salida de la selva.
Estos datos chocan con los 49.291 registrados entre enero y febrero del año pasado, o los 87.390 al concluir marzo. El aumento ha sido progresivo desde 2021, llegando a la cifra récord de más de 520.000 en 2023, el doble que el año anterior.
Desde esas comunidades indígenas los migrantes son transportados por el río en canoas hasta los albergues gubernamentales, como los de Lajas Blancas o San Vicente, en el mismo Darién.
Es precisamente en San Vicente donde hace unos diez días una disputa entre migrantes desencadenó un altercado y el incendio de parte de las infraestructuras del centro, generando pérdidas de más de 400.000 dólares, de acuerdo con la estimación oficial. Un total de 45 migrantes implicados en los disturbios fueron arrestados.
El funcionario del Gobierno estadounidense definió este lunes como “una pena” esos altercados.
“Lamentamos lo que pasó en San Vicente el primero de marzo. Después de tanto trabajo que hemos hecho, que el Gobierno (panameño) ha hecho junto a las organizaciones internacionales, es una lástima”, expresó.
En estos albergues, los migrantes toman autobuses gestionados por las autoridades panameñas, que se tienen que financiar ellos mismos, hasta Costa Rica, para que puedan proseguir su camino hacia Norteamérica.
Barret también recorrió hoy los trabajos de ampliación y renovación de la planta potabilizadora y red de distribución de agua en la comunidad de Lajas Blancas, una obra realizada por UNICEF y socios locales, que según un comunicado “ha triplicado el volumen de agua potable disponible”.
El jefe de gestiones fronterizas en el Servicio Nacional de Migración de Panamá (SMN), Héctor De Sedas, explicó por su parte a los periodistas que estas donaciones suponen aumentar sus “capacidades en las comunidades receptoras” de migrantes, y que las tiendas de campaña o “carpas” servirán para albergar a más de 800 personas.
“El fenómeno es dinámico y cambiante, estas carpas también nos permitirán movernos de un lugar a otro sin mayores inconvenientes”, subrayó.
El Gobierno de Panamá insiste, sin embargo, en que “El Darién no es una Ruta”, según su campaña homónima, remarcando que se trata de un “negocio” del crimen organizado para lucrarse y, solo el año pasado, estima que estas organizaciones ingresaron unos 820 millones de dólares por el traslado de migrantes por esta selva.