Washington, 9 sep (EFE).- El Gobierno estadounidense afirmó este lunes que no hubo “intercambios ni concesiones” en la liberación el pasado jueves de 135 presos políticos en Nicaragua, instalados de forma provisional en Guatemala.
“Las autoridades de Nicaragua tomaron su propia decisión de liberar a esas personas y permitir que EE.UU. facilitara su transporte a Guatemala. No hubo intercambios ni concesiones”, dijo en una llamada con la prensa el subsecretario de Estado adjunto para Latinoamérica en el Departamento de Estado, Eric Jacobstein.
Estados Unidos, según señaló, ejerce una “presión constante de manera pública y privada para que se libere a personas encarceladas injustamente en Nicaragua por ejercer sus libertades fundamentales”.
Los 135 nicaragüenses llegaron por avión a Guatemala el 5 de septiembre de madrugada después de varios meses de negociación entre el Gobierno de Nicaragua y el estadounidense. Ni EE.UU., ni Guatemala, ni Nicaragua han oficializado la lista de los beneficiados.
En febrero de 2023, el Ejecutivo de Nicaragua excarceló a 222 presos políticos y los expulsó del país. En aquella ocasión, tras la excarcelación, fueron trasladados al aeropuerto internacional de Managua para subir a un avión con destino a Washington.
Esta última liberación, añadió Jacobstein, fue resultado de meses de presión, aunque la ejecución del plan tuvo lugar “de forma rápida y EE.UU. trabajó con celeridad para facilitar el viaje y garantizar que llegaran en condiciones seguras”.
El representante estadounidense subrayó que Guatemala fue un “socio natural” en esos esfuerzos dado su liderazgo “en la promoción de la seguridad, la prosperidad, la democracia y justicia en la región”.
Instó además al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo a que liberen de forma inmediata e incondicional a todos los presos políticos del país y urgió a la comunidad internacional a mantener la presión al respecto.
El grupo tiene la oportunidad de acogerse a las vías legales para solicitar su instalación en Estados Unidos u otro país. De momento, según Jacobstein, Washington trabaja “de forma estrecha” con el gobierno guatemalteco, socios humanitarios y de la sociedad civil para atender las necesidades de los excarcelados.