Washington, 20 nov (EFE).- El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, llamó este lunes a utilizar correctamente la palabra genocidio y aseguró que Israel no está intentando borrar al pueblo palestino ni a Gaza del mapa.
“Israel no está intentando borrar al pueblo palestino del mapa ni tampoco a Gaza. Israel está tratando de defenderse de una amenaza terrorista genocida”, afirmó Kirby en la rueda de prensa diaria de la Casa Blanca.
Por ello, agregó, es necesario que cuando se use la palabra “genocidio” se utilice “apropiadamente”.
“Lo que Hamás quiere, no nos equivoquemos, es genocidio. Quieren borrar a Israel del mapa. Lo han dicho públicamente, en más de una ocasión. De hecho, hace poco dijeron que no van a parar y que lo que ocurrió el 7 de octubre va a suceder una y otra vez”, afirmó Kirby.
Preguntado por las protestas que recorren el país contra el apoyo de Estados Unidos a la intervención militar en Gaza, el portavoz de Seguridad Nacional afirmó que “la gente puede decir lo que quiera en la calle” porque “de eso se trata la Primera Enmienda (sobre la libertad de expresión), pero “muchas personas utilizan la palabra genocidio de una manera bastante inapropiada”.
Estados Unidos, insistió, seguirá “apoyando firmemente al pueblo israelí mientras se defiende contra Hamás, un grupo terrorista que quiere borrar a Israel del mapa”.
En la rueda de prensa, Kirby quiso ofrecer detalles sobre las negociaciones que se están produciendo para liberar a los dos centenares de rehenes que Hamás tiene retenidos y que fueron secuestrados tras los actos violentos del 8 de octubre.
“Esperamos poder hacerlo (liberarlos) pronto” y “no quiero negociar en público, pero creemos que nos estamos acercando”, afirmó.
Según publicó este sábado el periódico The Washington Post, Israel y Hamás habrían cerrado un acuerdo para liberar decenas de rehenes a cambio de cinco días de pausa en los bombardeos de Gaza.
El acuerdo, mediado por Catar, podría ponerse en marcha en los próximos días, permitiendo la salida de niños y mujeres secuestrados por el grupo islamista y la primera pausa sostenida de la ofensiva israelí en el enclave desde el inicio de la guerra.
Además, facilitaría la entrada de ayuda humanitaria por el paso de Rafah, en la frontera entre Egipto y el enclave palestino.