Washington, 2 dic (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos anunció este lunes nuevas restricciones tecnológicas a China con el objetivo de frenar su capacidad para desarrollar microchips avanzados que puedan ser utilizados en el desarrollo de equipos militares y aplicaciones de inteligencia artificial.
Como parte de estas medidas, 140 empresas chinas tendrán prácticamente prohibido exportar ciertos chips y maquinaria a Estados Unidos al ser incluidas en la “lista de entidades”, una lista negra que obliga a las compañías estadounidenses y de otros países a solicitar licencias de exportación que resultan casi imposibles de obtener.
Este es el tercer gran paquete de restricciones anunciado por el Gobierno de Joe Biden en los últimos tres años y que, como el resto, ha sido diseñado para limitar el acceso de China a los microchips más avanzados del mundo, esenciales para el desarrollo de inteligencia artificial militar y otras aplicaciones.
En una llamada con periodistas el domingo, antes del anuncio oficial, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, calificó estas medidas como “los controles más estrictos jamás implementados por Estados Unidos para degradar la capacidad de China de fabricar los chips más avanzados que utilizan en su modernización militar”.
El Gobierno de Biden ha insistido en los últimos años en que la seguridad de Estados Unidos podría verse en peligro si China logra producir estos chips extremadamente avanzados.
Estos componentes son fundamentales para operar sistemas de inteligencia artificial y supercomputadoras que pueden emplearse en ciberataques, diseño de nuevas armas y sistemas de vigilancia.
Entre las compañías afectadas por las nuevas restricciones figuran Shenzhen Pensun Technology Co, que colabora con el gigante chino Huawei, así como importantes fabricantes chinos de herramientas para chips como Piotech, ACM Research y SiCarrier Technology.
Específicamente, las nuevas normas restringen la exportación de 24 tipos de herramientas de fabricación de chips que hasta ahora no estaban reguladas.
Un aspecto novedoso de este paquete es la aplicación, en muchos casos, de la llamada “regla de producto directo extranjero” (FDPR, por sus siglas en inglés), que afecta a empresas no estadounidenses que utilicen chips fabricados con tecnología estadounidense en sus herramientas.
Esa regla específica busca limitar lo que empresas de otros países, así como compañías estadounidenses que operan en instalaciones en el extranjero, pueden enviar a China.
Según el Financial Times, Japón y Países Bajos estarán exentos de estas restricciones. Ambos países, junto con Estados Unidos, dominan la producción de equipamiento avanzado para la fabricación de chips y tendrán libertad para establecer sus propias normas.
Este nuevo paquete de restricciones llega pocas semanas antes de que, el 20 de enero de 2025, Joe Biden deje la Casa Blanca y asuma la presidencia Donald Trump, quien se espera que mantenga muchas de las políticas de mano dura de Biden hacia China en el ámbito tecnológico.