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Los Ángeles (EE.UU.), 4 ago (EFE).- Ha recorrido los escenarios más importantes del mundo al frente de la Filarmónica de Los Ángeles y la Ópera de París, pero donde Gustavo Dudamel realmente disfruta es ante jóvenes como los del programa Encuentros, por el que un centenar de músicos de todo el mundo pasan el verano bajo su batuta.
“Muchos vienen de comunidades con bajos recursos y tenemos que darles lo mejor. ¿Qué es lo mejor? Los mejores maestros, los mejores espacios y los mejores escenarios”, cuenta con convencimiento a Efe minutos después de ensayar un concierto en el emblemático Hollywood Bowl de Los Ángeles con sus alumnos.
El músico venezolano cierra este jueves, con un recital en el Greek Theatre de Berkeley (California), un mes de trabajo junto a un grupo de músicos provenientes de orquestas juveniles de todo el mundo que han conseguido crear en pocas semanas una formación de primer nivel.
La “Orquesta del Encuentro”, como Dudamel llama a este experimento, ya va por su cuarta edición, inspirada por “El Sistema” Nacional de Orquestas y Coros Juveniles de Venezuela, el revolucionario plan de desarrollo en el que él se formó y que acercaba la música clásica a las clases desfavorecidas.
“El maestro Abreu siempre decía ‘la cultura para los pobres no puede ser una pobre cultura’”, recuerda.
Bajo ese lema, el director de orquesta y su mujer, la actriz española María Valverde, han dedicado su verano a abrir las puertas de lugares como el Walt Disney Concert Hall o el Yola Center de Los Ángeles a 106 jóvenes de entre 18 y 26 años de 22 países diferentes.
Además de ensayar juntos y dar conciertos en los escenarios más destacados de California, los seleccionados han tocado con músicos de las Filarmónicas de Los Ángeles y de Berlín, la Sinfónica de Gotemburgo y la Simón Bolívar.
“Esa es la reivindicación, la inclusión al más alto nivel”, señala Dudamel.
Organizado por la fundación que lleva su apellido, el programa Encuentros es un paso más en el objetivo que siempre ha perseguido el músico de devolver las oportunidades que se le ofrecieron en Venezuela.
Primero creó YOLA (la Joven Orquesta de Los Ángeles, por sus siglas en inglés), replicando su experiencia en “El Sistema” al acercar profesores y equipos de primer nivel a los barrios más desfavorecidos de Los Ángeles, con una acogida de tal calibre que el arquitecto Frank Ghery diseñó un centro exclusivo para el programa.
La iniciativa se replicó en países de Latinoamérica, Europa y Asía. Y la “Orquesta del Encuentro” surgió como la reunión de muchos de esos alumnos en una orquesta efímera pero con capacidad de dejar poso.
“Va más allá de lo musical, porque la música es una herramienta poderosísima de transformación social y eso es lo que ellos entienden y llevan luego de vuelta a sus comunidades”, insiste Dudamel.
A su lado, Valverde, la otra mitad de la Fundación Dudamel, resume la experiencia de los seleccionados.
“Muchos de ellos son músicos que habrían podido acceder a las mejores escuelas pero por su nivel económico no pueden permitírselo y han perdido la fe en lo que realmente les hace felices, qué es la música, y este tipo de experiencias les hace reconectar con eso”, añade.
Después de cuatro ediciones, dos en Ciudad de México, otra Madrid y la última en Los Ángeles, el objetivo de ambos es que “Encuentros” crezca y termine por reunir a aspirantes de “todas las artes plásticas”.
Aunque Dudamel no evita decir que el primer beneficiado de todo esto, es él.
“Se me pasa el tiempo, pierdo la conciencia porque me sumerjo en mi en mi génesis -responde-. Veo a los chicos y me meto en ese mundo que yo viví. Y me hace sentir un chico”.
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