Roma, 13 sep (EFE).- Duncan Niederauer fue el 'Rey' de la Bolsa de Nueva York en 2007. Es uno de los míticos de Wall Street. Una fortuna de 1,3 billones de euros que desde 2020 es propietaria del Venecia. Y Drake es una estrella mundial. Ha invertido 40 millones de euros para salvar al pequeño club de las góndolas. En Venecia, un rapero y un 'Lobo' de Wall Street andan sueltos.
Inversión norteamericana en la Serie A. Es ya casi un eslogan en el 'calcio'. Como el Venencia hay otros 7 equipos: Inter, Milan, Atalanta, Génova, Fiorentina, Roma y Parma. Casi la mitad de los equipos del 'Calcio' están montados en el dólar.
Pero la historia del Venecia es algo curiosa y ligeramente distinta al resto de Italia, como su ciudad. Porque terminado ya el famosísimo festival de cine en el que George Clooney o Brad Pitt se pasean entre miles de cámaras, la rutina se apodera de la transitada ciudad.
Vuelve el fútbol a ser el protagonista y, con ello, su presidente: un 'ultra' multimillonario que se alejó de los porcentajes y de las acciones para ver los partidos cerveza en mano y desde el fondo con el resto de la afición, integrado como uno más. Y con más lujo que nunca porque ahora, gracias a Drake, los jugadores visten con NOCTA, la submarca de Nike creada por la propia estrella canadiense.
Para llegar a esta situación, eso sí, el club tuvo que sortear una compleja situación financiera. Hace apenas unos meses, al final de la temporada pasada, cuando el Venecia afrontaba el tramo final de campaña en Serie B oteando un ascenso a la élite, asomó la posibilidad real de acabar en quiebra al no disponer de liquidez y tener que volver a empezar desde 0, compitiendo en Serie D, cuarta categoría italiana.
La situación era dramática, pero apareció entonces un personaje inesperado, el famoso rapero canadiense Drake, para salvar al club con una multimillonaria inversión que le permite ahora competir ante la 'Juve', el Milan o el Inter.
Drake, un chaleco salvavidas de 40 millones
40 millones de euros (casi 44 millones de dólares) puso encima de la mesa. Así solucionó el problema Drake, que aportó la liquidez necesaria en el momento justo. El rapero no solo invirtió directamente en el equipo, sino que también se aseguró de que su marca NOCTA se convirtiera en patrocinadora oficial del club.
Las camisetas, sin embargo, han sido muy criticadas por parte de la afición al considerar que han perdido el toque estético y de vínculo con la ciudad que Kappa había conseguido inculcar desde hace varios años, colocándolas entre las más vendidas del mundo.
Matte Babel, jefe de Marca de Drake, explicó en agosto, en una entrevista con GQ Italia, cómo se fraguó la inversión de esos 44 millones de dólares.
“Recibí una llamada de Brad Katsuyama, copropietario del Venecia y buen amigo, quien me detalló la grave situación: el club necesitaba recaudar 10 millones de euros en un par de semanas y al menos 30 millones adicionales en unos meses para evitar la quiebra”, dijo.
“Venecia es una ciudad y un club especiales. Hablé con Drake, y tras discutirlo con Katsuyama, logramos llegar a un acuerdo en dos semanas y reunir el dinero necesario para salvar al club”, añadió.
Drake, aunque conocido también por su interés en otras entidades deportivas como los Toronto Raptors en la NBA, dio su salto al fútbol a través del grupo APEX, una firma de inversión deportiva respaldada por más de 100 atletas, que intervino para gestionar la crisis financiera del club.
Niederauer, de 'Lobo' de Wall Street a 'Ultra' de Venecia
No es tan conocido por el público popular como Drake, pero Duncan Niederauer es la pieza más importante de este Venecia recién ascendido que quiere quedarse en Serie A. Su patrimonio total se estima en unos 1,3 billones de euros, según datos de 2021. Una fortuna total que, sin embargo, necesitó de la liquidez de Drake para continuar al frente del Venecia.
Niederauer fue un auténtico 'Lobo' de Wall Street. Llegó al Venecia en 2015, pero se hizo con el dominio del club en 2020. En 2021 ya dejó una imagen para el recuerdo, tirándose al agua de la Laguna de Venecia celebrando el ascenso a Serie A mientras era jaleado por el resto de aficionados.
Cambió el traje y la corbata por el chándal del club, por la filosofía de un aficionado. Pero su carrera como economista le precede y no deja de resultar curioso que un hombre con su pasado haya acabado en Venecia, tan involucrado como un 'ultra'. Cerveza en mano, gafas de sol y en el fondo del estadio, alejado de las butacas presidenciales.
Tenía solo 26 años cuando entró en Goldman Sachs en 1985, una de las entidades financieras más potentes del mundo. Empresa de la que se convirtió en socio en el año 2000. Solo 7 años después, en 2007, tras 21 años en Goldman Sachs, se convirtió en el director ejecutivo de la Bolsa de Nueva York. Justo en el momento más convulso, con la crisis inmobiliaria de 2008 a punto de estallar.
Sin embargo no fue esa la gestión que más se le criticó: no confió en Facebook como empresa justo antes de que explotara, convirtiéndose en una de las más rentables del momento. Esa fue su verdadera losa.
Diversificó su fortuna en varios negocios de los que es propietario o accionista antes de llegar al fútbol. Aunque no fue el motivo principal por el que llegó a Italia.
Desde 2013 el empresario adquirió por algo más de 1 millón de dólares una finca vinícola en San Casciano dei Bagni, en la Toscana, donde produce vino Sangiovese. Después conoció Venecia y el club de la ciudad. Ahora son uña y carne.
Un propietario y presidente poco ordinario, al que el aficionado puede ver a su lado viendo el fútbol. Un equipo que luce diferente con el dinero y la ropa también de Drake que quiere evitar el descenso y consolidarse en la máxima categoría. En definitiva, un rapero y un 'Lobo' de Wall Street que intentan consolidar al Venecia en Italia.
Tomás Frutos