Washington, 8 jul (EFE).- Antes de llegar a la Casa Blanca, el presidente de EE.UU., Joe Biden, prometió tratar a Arabia Saudí como un “paria” por sus violaciones a los derechos humanos, pero con los precios del petróleo disparados ha tirado de pragmatismo y aceptado una reunión con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán. Biden, que viajará a Arabia Saudí la próxima semana, ha tomado la decisión a regañadientes, dijo a Efe Aaron David Miller, un exdiplomático experto en Oriente Medio. Al principio, EE.UU. quiso rebajar las expectativas sobre un posible encuentro entre Biden y Bin Salmán asegurando que sólo se verían en una reunión internacional con más interlocutores, pero ayer mismo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, confirmó que el príncipe heredero estará en un encuentro bilateral del presidente y el rey saudí. Una bilateral que la propia embajada saudí en Washington ya había confirmado a mediados de junio, cuando la Casa Blanca anunció el viaje, pero que el Gobierno de Biden no ha confirmado hasta ayer. UNA RELACIÓN MARCADA POR EL ASESINATO DE KHASHOGGI La relación entre Biden y Bin Salmán, apodado MBS, ha sido complicada desde el principio. En la campaña de las elecciones de 2020, Biden prometió que trataría a Arabia Saudí como un “paria” en la escena internacional y que haría pagar a sus líderes un precio por el asesinato en 2018 de Jamal Khashoggi, disidente que residía en Estados Unidos y columnista del diario The Washington Post. Al poco de llegar a la Casa Blanca, el mandatario estadounidense cumplió su promesa y desclasificó un informe de la CIA en el que se acusaba a Bin Salmán de haber aprobado la operación que resultó en la muerte de Khashoggi en el consulado saudí en Estambul, al que había acudido para hacer unos trámites para poder casarse. Bin Salmán ha negado tajantemente cualquier responsabilidad y justo la semana pasada viajó a Turquía para dejar atrás el asesinato de Khashoggi. “La única opción del presidente es pasar página”, dijo a Efe Hussein Ibish, especialista en los países del golfo Pérsico y amigo de Khashoggi, para quien Biden no tiene otra opción que aceptar la importancia estratégica de Arabia Saudí y, para eso, tiene que mejorar su relación personal con Bin Salmán. El príncipe heredero saudí tampoco siente mucha simpatía por Biden. En una extensa entrevista en marzo con la revista The Atlantic, dijo que “simplemente” no le importaba la opinión que el presidente estadounidense pudiera tener de él y remató manifestando: “De él depende pensar en los intereses de EE.UU.”. PETRÓLEO COMO PROTAGONISTA El mayor interés de Biden ahora mismo es rebajar los precios del petróleo, que se han disparado después de la guerra en Ucrania y las sanciones de Occidente a Rusia. Arabia Saudí lidera la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y es el mayor exportador de crudo del mundo, por lo que tiene más capacidad que ningún otro país para influir en los precios. Riad al principio ignoró las peticiones de Washington para aumentar la extracción de petróleo, pero justo la semana pasada la alianza conocida como OPEC+ (integrada por la OPEC y otros grupo de países liderado por Rusia) formalizó un acuerdo para aumentar la producción en julio y agosto. “El petróleo aún es el rey del mundo y Biden necesita a Arabia Saudí”, resumió en declaraciones a Efe el director del Centro de Oriente Medio de la Universidad de Oklahoma, Joshua M. Landis. LA GUERRA EN EL YEMEN Y LOS MISILES DE IRÁN Según la Casa Blanca, los otros dos grandes temas de la esperada reunión entre Biden y Bin Salmán serán la guerra en el Yemen y los misiles de Irán. Estados Unidos ha dejado claro que una de sus prioridades es lograr una solución a la guerra que arrasa el Yemen desde 2014 y que enfrenta a los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, y una coalición árabe encabezada por Arabia Saudí y que apoya al Gobierno reconocido internacionalmente. EE.UU. respaldó al principio a la coalición árabe, aunque poco después de llegar a la Casa Blanca, Biden dejó de vender a Arabia Saudí las armas de fabricación estadounidense que usaba en el Yemen. Se espera que en su visita el mandatario presione a Arabia Saudí para que ayude a acabar con el conflicto y a convertir en permanente la tregua que se alcanzó en abril entre las dos partes. Por otro lado, la Casa Blanca ha adelantado que Biden tiene previsto hablar con Bin Salmán sobre cómo mejorar los sistemas de detección de misiles para interceptar los cohetes y drones de Irán. Biden visitará Arabia Saudí el 15 y 16 de este mes. Antes viajará a Israel y Cisjordania.