Washington, 17 abr (EFE).- Los crímenes de odio en Estados Unidos se han incrementado de manera alarmante desde 2014 y esa violencia se intensifica durante los ciclos de elecciones presidenciales, sostiene un estudio divulgado este lunes.
El Fondo Educativo de la Conferencia de Liderazgo (LCEF, en inglés) enfocó su informe en la violencia contra afroamericanos, latinos, judíos, musulmanes, personas con discapacidades, árabes, indígenas y víctimas atacadas por su identidad de género.
De acuerdo con el análisis de LCEF, “trágicamente los crímenes de odio reportados se han casi duplicado” desde 2015, aumentando en más del 80 %, y 2021 fue el año con la cifra más alta de estos crímenes registrada desde que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) comenzó a publicar estos datos en 1991.
Entre 2020 y 2021 hubo un aumento de casi el 50 % en estos crímenes perpetrados contra árabes y de un 168 % en los que las víctimas fueron personas con raíces en Asia y las islas del Pacífico.
En ese periodo hubo un aumento del 14 % en los crímenes de odio contra afroamericanos, después de un incremento del 46 % entre 2019 y 2020, añadió el informe, que se sustenta en las estadísticas más recientes de la FBI.
Los crímenes de odio contra los hispanos aumentaron un 35 % entre 2020 y 2021 y alcanzaron el nivel más alto hasta ahora registrado, en tanto que los crímenes contra musulmanes subieron un 40 %.
De 2020 a 2021 los crímenes de esta clase contra judíos aumentaron un 20 % y hubo un incremento del 54 % en los crímenes contra personas por su orientación sexual, incluido un aumento del 80 % en los ataques contra mujeres homosexuales y de un 40 % contra hombres homosexuales.
El informe que hace referencia a grupos violentos de supremacistas blancos, homófobos, xenófobos y racistas, aunque no menciona grupos violentos de extrema izquierda o los ataques ocurridos contra iglesias cristianas o clínicas que ofrecen alternativas al aborto.
“Si bien no todos los crímenes de odio e incidentes de odio los cometen supremacistas blancos, la violencia supremacista blanca ha sido particularmente virulenta durante las últimas cuatro elecciones presidenciales”, afirma el estudio.
El Departamento de Justicia define como crimen de odio el perpetrado con motivo de la raza, color, religión, origen nacional, orientación sexual, género, identidad de género o discapacidad de la víctima.
Estos crímenes son a menudo violentos, como por ejemplo un asalto personal, el homicidio, el incendio o vandalismo contra edificios, o las amenazas para cometer tales crímenes.
“El clima político actual está altamente cargado. Los supremacistas blancos y los movimientos contra el Gobierno están uniéndose y avanzando en las corrientes políticas principales”, expuso el LCEF.
A ello se suman “las teorías de conspiración que circulan en la web y los funcionarios públicos que amplifican el odio, con lo cual hay pocas, o ninguna, señales de que las tensiones se aflojarán”.
“El clima actual está preñado de oportunidades para que la tendencia de odio creciente continúe en la elección de 2024″, acotó.