Washington, 31 ago (EFE).- La Justicia estadounidense condenó este jueves a otro cabecilla del grupo ultraderechista Proud Boys, Zachary Rehl, a 15 años de prisión, dos menos de los que recibió también hoy otro lugarteniente de esa organización, Joseph Biggs, igualmente por el asalto al Capitolio de enero de 2021.
Rehl, Biggs, Ethan Nordean y el líder de los Proud Boys, Enrique Tarrio, de origen cubano, fueron hallados culpables en mayo de conspirar para cometer sedición. La fiscalía había solicitado contra Rehl 30 años de cárcel.
Otro acusado junto a ellos, Dominic Pezzola, se libró entonces del cargo de sedición, pero fue declarado culpable de asalto, resistencia a un agente de la autoridad y robo de bienes gubernamentales.
La declaración de culpabilidad llegó después de una semana de deliberaciones en un tribunal federal de Washington.
Rehl era el presidente de los Proud Boys en Filadelfia. Según el diario local The Philadelphia Inquirer, lloró este jueves al conocer la sentencia, pidió perdón a su familia y afirmó que ya no quiere tener nada más que ver con la política.
“Ya he terminado con todo esto. Ya no más vender mentiras para otras personas que no se preocupan por mí”, señaló.
A lo largo del proceso, los fiscales mostraron mensajes y vídeos publicados por los propios acusados y otros miembros del grupo, que llamaban a la violencia y a la revolución contra el cambio en la presidencia.
Según la acusación, los mensajes hablaban sobre la necesidad de la “guerra”, la “revolución” y el fusilamiento de traidores.
La audiencia para sentenciar a Nordean está programada este viernes a las 14.00 hora local (18.00 GMT) y el martes a las 14.00 está previsto que se conozca la de Tarrio.
El juez de distrito Timothy Kelly dijo este jueves al condenar a Biggs que la Constitución da a los ciudadanos “muchos importantes derechos por los que los estadounidenses han luchado y muerto”, y subrayó, según la CNN, que los acontecimientos del 6 de enero “rompieron la tradición de una transferencia pacífica de poder”.
Ese día unas 10.000 personas -la mayoría simpatizantes de Trump- marcharon hacia el Capitolio y unas 800 irrumpieron en el edificio mientras se certificaba la victoria electoral de Biden en los comicios de 2020. Hubo cinco muertos y cerca de 140 agentes heridos.
El propio Trump está imputado en Washington por los intentos para revertir el resultado de los comicios en 2020. Es uno de los cuatro casos penales en su contra y en todos ellos se ha declarado no culpable, la última vez este jueves en Georgia por intentar falsear el resultado de las presidenciales en ese estado.