Miami, 9 ene (EFE).- Un médico que dirigía más de medio centenar de centros de tratamiento de adicciones en el condado de Palm Beach (Florida), fue condenado este lunes a 20 años de cárcel por formar parte de una “trama masiva de varios años” que facturó más de 700 millones de dólares en pruebas fraudulentas, el mayor caso de fraude de este tipo registrado en EE.UU.
Michael J. Ligotti, de 48 años, residente en Delray Beach, “explotó a pacientes vulnerables que buscaban tratamiento por la adicción” en las instalaciones que dirigía mediante la autorización entre 2011 y 2020 de “pruebas y tratamientos fraudulentos” que resultaron en un fraude de más de 746 millones de dólares, indicó el Departamento de Justicia de EE.UU.
Se trata del “caso de fraude por tratamiento de adicción más grande jamás presentado” por este organismo, lo que demuestra su “compromiso continuo de abordar el fraude en la atención médica en todo el país”, resaltó el Departamento de Justicia en un comunicado.
Como resultado de esta trama delictiva, los programas de beneficios de atención médica “facturaron más de 746 millones de dólares y pagaron aproximadamente 127 millones por pruebas de detección de drogas en orina y tratamientos de adicción fraudulentos”.
Ligotti se declaró culpable de los cargos de “conspiración para cometer fraude electrónico y de atención médica” en octubre de 2022 y “hoy se le ordenó entregar su licencia médica”.
“Las víctimas son reales y las pérdidas son inmensas”, dijo el agente especial de la oficinas del FBI en Miami Chad Yarbrough, para agregar que Ligotti, en lugar de garantizar el tratamiento adecuado de los pacientes bajo su cuidado en más de 50 centros de este tipo, “jugó con el sistema por millones de dólares en ganancias mal habidas”.
Según documentos judiciales, Ligotti se desempeñó como director médico o médico autorizador de más de 50 de estos centros de tratamiento de abuso de sustancias y laboratorios de pruebas clínicas en el área del condado de Palm Beach.
A menudo, prosigue el Departamento de Justicia de EE.UU., firmaba “pedidos de pruebas de drogas en orina costosas y médicamente innecesarias” para pacientes en varios de estos centros de tratamiento de adicciones.
Las instalaciones enviaban rutinariamente muestras de orina de los pacientes a laboratorios de pruebas clínicas, que luego facturaban a los programas de beneficios de atención médica por pruebas innecesarias de drogas en orina, “a menudo miles de dólares por una sola prueba”.
A cambio de la autorización de Ligotti de estas pruebas de drogas en orina, los centros de tratamiento exigieron que sus pacientes visitaran regularmente la clínica de Ligotti, Whole Health LLC, para recibir tratamiento y pruebas adicionales, o permitieron que el personal de Ligotti fuera a sus instalaciones para realizar pruebas y tratamientos allí.
Esto permitió a Ligotti “beneficiarse al facturar a los planes de seguro de salud privados de los pacientes por pruebas de drogas en orina, análisis de sangre y otros tratamientos de adicción duplicados, médicamente innecesarios y costosos”, añade.
