Washington, 15 jul (EFE).- El comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que investiga el asalto al Capitolio por parte de miles de simpatizantes del expresidente Donald Trump (2017-2021) pidió este viernes al Servicio Secreto los mensajes de texto borrados de ese día.
En un comunicado, el presidente del comité, el demócrata Bennie Thompson, informó de que ha requerido al Servicio Secreto que les facilite estos mensajes, que aunque fueron borrados siguen siendo accesibles en otras partes del sistema.
El Servicio Secreto de Estados Unidos, el cuerpo encargado de proteger entre otros al presidente del país, borró mensajes de texto enviados los días 5 y 6 de enero de 2021.
Una carta del Departamento de Seguridad Nacional enviada el jueves a la comisión indicó que los mensajes fueron borrados como parte de un programa de reemplazo de dispositivos.
La misiva explica que los mensajes fueron eliminados poco después de que la Oficina del Inspector General de EE.UU. reclamase documentación de las comunicaciones electrónicas llevadas a cabo por el Servicio Secreto como parte de su evaluación de los hechos ocurridos en el Capitolio en la jornada del 6 de enero de 2021.
La semana pasada, el director del Servicio Secreto, James Murray, anunció que dejará el cargo a finales de mes, y la prensa local reveló que se irá a trabajar a la empresa de la red social Snapchat.
Murray se retirará del cuerpo el próximo 30 de julio tras 27 años de servicio, tres de ellos como director desde que fuera nombrado para ese puesto en mayo de 2019 por el entonces presidente Donald Trump.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo en rueda de prensa que la salida de Murray lleva meses preparándose y que no tiene nada que ver con la polémica que ha rodeado al Servicio Secreto durante los últimos días en relación a su actuación en la jornada del 6 de enero de 2021.
A finales de junio, una exempleada de la Casa Blanca durante el mandato de Trump dijo ante el comité que investiga el asalto al Capitolio que el exmandatario ordenó al conductor de su limusina dirigirse a la sede del Congreso y que cuando este se negó, el entonces presidente trató de hacerse con el control del volante.
Fuentes anónimas llevan desde el momento mismo de la declaración desmintiendo a la prensa este hecho y aseguran que el Servicio Secreto está en disposición de dar testimonio bajo juramento negando lo contado por la exempleada, algo que por el momento no ha ocurrido.