Nueva York, 25 nov (EFE).- El veterano empresario estadounidense Warren Buffett, de 94 años, reveló este lunes, al anunciar una nueva donación de su patrimonio a causas filantrópicas, que no cree en la “riqueza dinástica” y aconsejó a todos los padres abordar en vida la cuestión de sus testamentos con sus hijos y descendientes.
En un comunicado, Buffett dijo que donará acciones de su conglomerado Berkshire Hathaway por valor de unos 1.200 millones de dólares a las fundaciones de su familia, y acompañó esa noticia de una carta en la que reflexiona sobre su vida y su legado al reconocer su muerte está más cerca que lejos.
El apodado “Oráculo de Omaha” (Nebraska) debido su tino inversor explica que sus hijos Susie, Howie y Peter son los encargados de distribuir su riqueza -en 2006 se comprometió a donar más del 99 %- pero, dada su edad avanzada -71,69 y 66 años-, tiene otros “sucesores” más jóvenes ” en lista de espera”.
“Nunca deseé crear una dinastía o busqué ningún plan que se extendiera más allá de los hijos”, sostiene Buffett, que señala que su familia cree que “la igualdad de oportunidades debería empezar con el nacimiento, y que los estilos de vida extremos del estilo ‘fíjate en mi’ deberían ser legales, pero no admirables”.
El empresario asegura confiar en sus tres hijos, pero explica que su patrimonio podría tardar más tiempo en distribuirse del que ellos vivan, y razona que las “generaciones futuras son otro asunto” y “las decisiones de mañana probablemente las tomarán mejor tres cerebros vivos y bien dirigidos que una mano muerta”.
“¿Quién puede prever las prioridades, la inteligencia y la fidelidad de las sucesivas generaciones para que lidien con la distribución de una riqueza extraordinaria en lo que podría ser un panorama filantrópico muy diferente?”, se pregunta Buffett.
Y, como es habitual en sus misivas, incluye algunas perlas de sabiduría; por ejemplo, sobre las herencias opina “que unos padres increíblemente ricos deberían dejar a sus hijos lo suficiente para que puedan hacer cualquier cosa, pero no lo suficiente para que se permitan no hacer nada”.
También agrega “una sugerencia para todos los padres, sean de riqueza modesta o extraordinaria”: “Cuando tus hijos sean maduros, hazles leer tu testamento antes de firmarlo”, dice, para que entiendan su contenido y puedan hacer preguntas que quedarían sin respuesta al morir.
Y señala que su compañero en Berkshire, Charlie Munger, fallecido este año, y él vieron a familias divididas por un testamento que confunde a los hijos y amplifica “celos” o “desaires”, pero también casos en los que este se abordó antes de la muerte y “ayudó a la familia a estar más unida”.
Asimismo, Buffett reconoce que su buena suerte comenzó al nacer en 1930 en Estados Unidos siendo “un hombre blanco”, condición que le “favoreció” y le dio la confianza de que se haría rico, pero sus expectativas se vieron superadas por lo que se ha podido conseguir en el país “en las últimas décadas”.