Guadalajara (México), 27 feb (EFE).- La literatura sobrevivirá a cualquier tecnología así como se ha adaptado a las transformaciones de la humanidad desde hace siglos, afirmó en entrevista el escritor brasileño Marçal Aquino durante su participación en la mexicana Guadalajara por el programa Capital Mundial del Libro.
“Desde que los hombres se sentaron frente al fuego y contaron sus historias, la literatura tiene una historia de cambio, de metamorfosis, ¿quién pensaría que hoy podrías tener un libro en Kindle en la mano? De alguna manera la literatura sobrevivirá y estará presente en la vida de los hombres”, sentenció.
El autor (Amparo, 1958) avizoró un futuro casi apocalíptico sin los libros y la literatura.
De suceder algo así la humanidad, quedaría “ciega” y sin la posibilidad de aprender del pasado, consideró.
“El futuro de la literatura es el futuro del propio hombre, si no, estará condenado a repetir sus propios errores porque no tendrá la memoria, en los libros está la memoria de las historias y así aprendemos, en caso contrario estaremos ciegos para las cosas y no sabremos qué consecuencias tendrá”, declaró.
ELUDIR LA MUERTE
El novelista y poeta es uno de los escritores más reconocidos de Brasil, principalmente por sus novelas de corte policiaco que se adentra en mundos sórdidos y en los que prevalece el mal, la muerte y los dilemas morales.
Algunos de sus textos como “Yo recibiría las peores noticias de tus lindos labios” (2005) y “El invasor” (2002) se han adaptado como guiones para las películas del mismo nombre dirigidas por el braileño Beto Brant, cuyo trabajo les valió premios cinematográficos en Brasil, Colombia y Cuba.
Aquino consideró que la literatura y la muerte van siempre de la mano, pues un libro es la mejor prueba de la existencia y las ideas de personas que vivieron siglos atrás.
“Los cuerpos son transitorios, pero el espíritu permanece, cuando abres un libro de un escritor ya muerto es un momento en que renace, que está presente entre nosotros, entonces el libro tiene también esa función de eludir la muerte”, aseguró.
El autor de volúmenes de poemas como “Por bares nunca naufragados” (1985) aseguró que desde su trabajo como narrador de textos o creador de guiones no deja de sorprenderse lo “infinito y complejo” de la realidad “que es soberana e inagotable”.
Reflexiónó que el mundo vive un momento de extrema violencia que es palpable en la vida cotidiana, noticias y redes sociales, donde los discursos de odio han encontrado terreno fértil.
“De alguna manera se abrió una puerta para que toda forma de violencia vaya a más. Uno abre los periódicos y todo lo que ve son discursos de odio, las redes sociales son un campo de batalla”, opinó.
Aquino se considera pesimista al creer que estos discursos tienen aún un largo camino antes de que la sociedad aprenda a mirar con naturalidad las diferencias y las disidencias para respetar los derechos de todas las personas.
“Hay una serie de cosas que todavía tenemos que aprender y no será un proceso breve, por el contrario, tenemos mucho que sufrir hasta que lleguemos a un estado de comprensión del otro, mirar al otro y entenderlo, percibir con naturalidad que el otro tiene los mismos derechos que usted, no importa su clase social y su género”, aseguró.
LIGADO A LAS HISTORIAS
El autor, quien inició en el periodismo su trayectoria en las letras, afirmó que su vida ha estado ligada a contar historias desde diferentes plataformas y maneras de narrar, pero es la literatura la que mayores satisfacciones le da, pues está ligada a su libertad creativa y su forma de ver el mundo.
“Cuando escribo un libro no tengo compromiso con nadie, solo conmigo, porque no sé si voy a llegar al final, no sé si después de listo me voy a quedar satisfecho a punto de publicarlo, (a diferencia de) cuando voy a escribir un guion, que tengo una serie de compromisos”, dijo.
“Si tuviera que elegir me gustaría quedarme como escritor, es lo mejor que me ha sucedido en la vida”, concluyó.