Naciones Unidas, 22 mar (EFE).- El presidente de Bolivia, Luis Arce, pidió este miércoles ante Naciones Unidas un “cambio radical” para dar respuesta a la crisis global del agua y rindió tributo a la lucha de los bolivianos para garantizar que este recurso natural no se convierta “en una mercancía más”.
Arce, que viajó a Nueva York para participar en la Conferencia del Agua de la ONU, fue el encargado de abrir las intervenciones nacionales en esta cumbre en la que intervienen países de todo el mundo.
El presidente boliviano aseguró que el evento tiene “una relevancia histórica” para su país, cuya Constitución, recordó, reconoce el agua como “derecho fundamentalísimo para la vida”.
“Este reconocimiento constitucional es fruto de la lucha del pueblo boliviano, que en el año 2000 se movilizó en la llamada Guerra del Agua, logrando por primera vez en la historia que se prioricen los derechos de los pueblos por encima de intereses de las empresas privadas que pretendían, a tono con el entonces vigente modelo neoliberal, convertir este recurso natural en una mercancía más”, apuntó.
Arce rindió así tributo a las movilizaciones que hace dos décadas tuvieron lugar en Cochabamba frente a la privatización del abastecimiento de agua potable.
El presidente de Bolivia subrayó que el agua es “un elemento indispensable no solamente para la vida de los seres humanos, sino también para la subsistencia de nuestra Madre Tierra” y consideró que “sin un cambio radical del rumbo que seguimos, producto de una crisis multidimensional del capitalismo, la humanidad y el planeta están amenazados de muerte”.
“Debemos hacer la transición a un sistema económico más sustentable y equitativo que valore la salud a largo plazo de la Madre Tierra y de las personas por encima de la ganancia o el lucro”, dijo Arce, que recordó que la mayor carga de la crisis del agua recae sobre todo con las comunidades vulnerables.
“Cualquier solución que propongamos debe priorizar las necesidades de estas comunidades con equidad y justicia social, económica y ecológica”, insistió.
Arce llamó a la Conferencia del Agua a tomar toda una serie de acciones, entre ellas reafirmar el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano esencial o reconocer que el agua es el centro de la vida y establecer ríos, lagos, glaciares o acuíferos como sujeto colectivo de derechos.
Además, pidió condonar deuda a países en desarrollo que hayan destinado recursos financieros al agua para paliar pérdidas y daños sufridos y que los países desarrollados les den más dinero, asistencia y transferencia de tecnología para conversar el agua y amortiguar los impactos de la crisis.
También abogó, entre otras cosas, por crear un mecanismo intergubernamental permanente del agua en Naciones Unidas y por que se nombre a un enviado especial de la ONU para el agua.