Washington, 10 jul (EFE).- El ultraderechista Steve Bannon, quien fuera asesor del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021), está dispuesto a declarar ante el comité que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero, según una carta a la que han tenido acceso medios como la cadena CNN o The Washington Post. Bannon se enfrenta a un juicio por desacato, que comenzará el 18 de julio, por negarse a colaborar con el comité que investiga el ataque, que se produjo en enero del año pasado cuando el Congreso trataba de certificar la victoria electoral de Joe Biden. El comité quería que Bannon testificara porque cree que tiene algún conocimiento previo sobre lo que iba a ocurrir ese 6 de enero, cuando el Congreso tenía previsto certificar la victoria electoral del presidente, Joe Biden, y Trump había convocado una protesta cerca de la Casa Blanca. En la carta a la que ha tenido acceso la cadena estadounidense, y que fue enviada el sábado, el exasesor le explica al comité que está dispuesto a declarar, y preferiblemente en una audiencia pública. La decisión de Bannon se produce después de que Donald Trump le confirmara en una carta que le retirará el “privilegio ejecutivo” que, según el expresidente, invocó cuando Bannon fue citado por el comité, permitiéndole de esta manera testificar por “la forma injusta en que se le ha tratado”. El comité ya dijo en octubre pasado al equipo legal de Bannon que el exasesor no estaba cubierto por el privilegio ejecutivo ya que en el momento del asalto al Capitolio no ocupaba ningún cargo público. La carta de Bannon llega pocos días después de que Cassidy Hutchinson, ayudante del entonces jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, proporcionara más detalles acerca del grado de conocimiento que el expresidente y su equipo tenían sobre las posibilidades de violencia el 6 de enero. Según el relato de Hutchinson, el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, le aseguró unos días antes del 6 de enero que esa fecha iba a ser “grande”, mientras que su jefe, Meadows, la confesó que las cosas podían ir “muy, muy mal” en esa jornada. Días después, cientos de sus simpatizantes irrumpieron en la sede del Congreso mientras se celebraba una sesión conjunta de las dos cámaras para ratificar la victoria electoral de Biden. Un total de cinco personas fallecieron, entre ellas un agente que sufrió un infarto horas después del asalto.