Washington, 23 ago (EFE).- El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, viajará la próxima semana a Pekín para reunirse con altos funcionarios del gobierno chino, con un mensaje conciliador pero en el que expresará la preocupación de Estados Unidos por los aumentos de la presión sobre Taiwán.
En una llamada con medios de comunicación, un alto funcionario de la Casa Blanca afirmó que en las conversaciones de la próxima semana se planteará la “preocupación” por “el aumento de la presión militar, diplomática y económica en Taiwán”.
“Estas actividades son desestabilizadoras y corren el riesgo de una escalada y vamos a seguir instando a Pekín a entablar un diálogo significativo con Taipéi”, apuntó el funcionario, quien reiteró que Washington sigue “comprometido con la política de una sola China”.
“Nos oponemos a los cambios unilaterales del statu quo por parte de cualquiera de las partes. No apoyamos la independencia de Taiwán y esperamos que las diferencias entre ambos lados del Estrecho se resuelvan fácilmente”, apuntó.
Tras la toma de posesión del presidente taiwanés William Lai (Lai Ching‑te) -calificado de alborotador por China- en mayo, China ha estrechado aún más su cerco militar en torno a la isla, un territorio gobernado de forma autónoma desde 1949 y considerado por las autoridades de Pekín como una “provincia rebelde” para cuya “reunificación” no ha descartado el uso de la fuerza.
El viaje de Sullivan a Pekín se realizará entre el 27 y el 29 de agosto y en él se reunirá con el ministro de asuntos exteriores, Wang Yi, en la que será la quinta reunión entre ambos.
Es un viaje que estaba programado hace meses y que es parte de las reuniones celebradas entre altos funcionarios de los dos países para estrechar relaciones, que se han producido en el último año, después de tiempos convulsos vividos tras la visita a Taipéi en agosto de 2022 de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi.
“La diplomacia y los canales de comunicación de EE.UU. no indican un cambio en el enfoque hacia la República Popular de China. Esta es una relación intensamente competitiva (…) pero estamos comprometidos a gestionar esta competencia de manera responsable y evitar que se desvíe hacia un conflicto”, añadió el alto funcionario.
Además de sobre Taiwán, que es uno de los principales puntos de fricción entre China y Estados Unidos, en la reunión se discutirán “temas clave” en la relación bilateral entre ambos países como el narcotráfico, la seguridad o la inteligencia artificial.
Sullivan planteará también las preocupaciones sobre el apoyo de China a la base industrial de defensa de Rusia, sobre las tensiones en el Mar de China Meridional y sobre Irán y la crisis de Oriente Medio.
Desde la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, Washington ha impuesto sanciones selectivas que incluyen a empresas con sede en China que venden semiconductores a Moscú, como parte de un esfuerzo por debilitar la maquinaria militar rusa.