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Los Ángeles (EE.UU.), 2 ago (EFE).- Cuatro personas han fallecido en sus casas mientras trataban de huir de un incendio descontrolado en el norte de California que, en apenas tres días, ha pasado a ser el más destructivo del año en la costa oeste de EE.UU.
El incendio McKinney, conocido así por la localidad donde se originó, ha arrasado desde el viernes por la noche más de 23.000 hectáreas (558.000 acres) y un centenar de edificios entre la frontera de los estados de Oregon y California, que sufren desde hace meses una prematura temporada de fuegos que ha llegado a amenazar el emblemático Parque Nacional de Yosemite.
La oficina del Sheriff del condado californiano de Siskiyou informó este martes de que lo equipos de emergencia han localizado dos cuerpos en sus respectivas residencias, destruidas por las llamas.
El día anterior, los mismos efectivos encontraron los cuerpos de dos personas en el interior de un vehículo calcinado en la salida de una residencia privada, por lo que se cree intentaron escapar de las llamas según se acercaban a su vivienda.
Según las Autoridades no hay notificaciones de más desaparecidos y ya se han evacuado a más de 3.000 residentes y decenas de turistas que acampaban en los bosques próximos a la zona del incendio.
Por el momento, en la zona trabajan más de 1.000 efectivos aunque la contención del fuego no supera el 0%, acrecentado por la descarga de rayos, fuertes vientos y un intenso humo, explicó el Servicio Forestal estadounidense.
Además, hay otra decena de incendios menores activos que rodean al peligroso McKinney Fire.
“En 22 años de experiencia con incendios nunca he experimentado un fuego que se comporte así por la noche. Es absolutamente surrealista y no poco apocalíptico”, tuiteó Dacia Grayber, una representante del estado de Oregón que antes trabajó como bombero y se encontraba en el área.
Los estados del oeste y del sur de Estados Unidos están viviendo una de las temporadas de incendios más destructivas de su historia, acrecentada por una sequía ha obligado a restringir el uso de agua en varias ciudades.
Más de 2 millones de personas viven en zonas designadas con alerta roja por ser susceptibles de incendios en estados como California, Oregón, Washington, Montana y Dakota del Sur.
El otro fuego que preocupaba a las autoridades, el Oak Fire, cercano al Parque de Yosemite, está contenido en un 67 % tras arrasar 8.000 hectáreas (20.000 acres).
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