Nueva York, 3 mar (EFE).- Amazon ha decidido retrasar el inicio de la construcción en la segunda fase de su nueva sede en Arlington (Virginia, EE.UU.), según confirmó este viernes la empresa, que en los últimos meses ha llevado a cabo un importante ajuste de plantilla.
“Siempre estamos evaluando planes de espacio para asegurar que se ajustan a nuestras necesidades de negocio y para crear una gran experiencia para los empleados”, explicó en un comunicado John Schoettler, el responsable inmobiliario de la compañía.
La segunda sede de Amazon, por la que compitieron numerosas ciudades estadounidenses, se sumará al cuartel general que la compañía tiene en Seattle (estado de Washington) y debe albergar en el futuro hasta 25.000 empleados.
La primera fase del proyecto, conocida como Met Park, abrirá como estaba previsto el próximo mes de junio y albergará a más de 8.000 trabajadores que la firma ya tiene en Virginia y que se trasladarán a estas nuevas instalaciones, explicó a EFE una fuente de Amazon, que recalcó que la decisión anunciada hoy no implica ningún recorte de puestos.
En total, Met Park tiene capacidad para alojar a unos 14.000 empleados, por lo que por ahora la empresa ha decidido poner en pausa el inicio de la construcción de la segunda fase del proyecto, bautizada PenPlace.
La apertura de una segunda sede de Amazon se anunció en 2018 e inicialmente iba a estar repartida entre Arlington y el distrito neoyorquino de Queens, pero en 2019 la empresa decidió cancelar la parte de la Gran Manzana en medio de oposición local.
El movimiento anunciado hoy llega después de que el pasado noviembre Amazon anunciase que iba a recortar unos 10.000 puestos de trabajo, una cifra que en enero amplió a algo más de 18.000, tras haber reforzado su plantilla de forma muy importante durante la pandemia.
El gigante del comercio electrónico cerró 2022 con una pérdida de 2.722 millones de dólares en 2022 frente a los más de 33.000 millones que ganó el año anterior, consecuencia sobre todo de su inversión en la empresa de automóviles eléctricos Rivian.
La tecnológica se anotó un cargo de 12.700 millones por la fuerte caída en bolsa sufrida por Rivian y cerró su primer año en rojo desde 2014.
Sin embargo, su facturación neta anual siguió aumentando hasta 513.983 millones, con un mayor volumen de ventas en Norteamérica -su principal fuente de ingresos-, un descenso a nivel internacional y un crecimiento notable de su negocio de la nube, Amazon Web Services (AWS).